En el marco de un nuevo aniversario del Cordobazo, el próximo 29 de mayo, el secretario General de ATE Córdoba, Federico Giuliani, abordó la coyuntura política, gremial y social que atraviesa el país, destacando los desafíos que enfrentan las y los estatales bajo lo que calificó como “un gobierno de impronta claramente fascista y cipaya que tiene en su programa de gestión la destrucción del Estado”.
En declaraciones a un medio cordobés, Giuliani no ahorró críticas al sistema de representación actual, al que definió como una “democracia de baja intensidad, poco representativa”.
En ese sentido, argumentó que es necesario construir una democracia con “características de participación popular” y sostuvo: “Los laburantes necesitamos construir poder en las fábricas, en los lugares de trabajo, pero también en las barriadas populares. Entendemos que la vieja forma de hacer política no va más, las caras de siempre no van más, esos políticos con rostros lindos, que viven en barrios cerrados y caen tres días antes de la elección a decir la verdad de la milanesa no van más, mientras la gente la pelea todos los días para poder rascar la olla”.
La crisis de representación y el rol de los jóvenes
El dirigente también hizo un llamado a la renovación dirigencial, afirmando que existe un “atornillamiento de los dirigentes” que afecta no solo a la clase política, sino también a los sindicatos y otras organizaciones. “No puede ser que en los gremios haya dirigentes con 20, 30 o 40 años ocupando las secretarías generales. Eso tapona y obtura la posibilidad de hacer un recambio natural con nuevas generaciones”, destacó. Al mismo tiempo, subrayó la importancia de aprovechar la experiencia de los dirigentes mayores para formar a nuevos cuadros políticos, en lugar de mantenerlos en los cargos.
Sobre el papel de las nuevas generaciones, Giuliani sostuvo: “Ser joven no es algo bueno por sí mismo. Hay jóvenes burócratas que no sirven para nada. Más allá de eso creo que es necesario un recambio dirigencial y que agrupar implica una integralidad: con la lucha sindical está claro que no alcanza, con votar cada cuatro años tampoco alcanza. Hay que salir a buscar nuevos actores y están en los territorios: la lucha ambiental, los fenómenos de la cultura popular, la pelea de los feminismos”. Además, resaltó la necesidad de incorporar los reclamos de derechos humanos vinculados a la represión policial en las barriadas populares como parte de un movimiento político amplio.
La protesta social como herramienta de cambio
Respecto a la protesta social, reafirmó su centralidad: “No hay manual, repito, tenemos que ir caminando sin abandonar la calle. Así como el enemigo se junta y arma sus universidades y crea sus fundaciones, nosotros nos juntemos con los que quieren pelear para fundar algo nuevo, para definir un programa, reflexionar y nos formemos para luego accionar en la calle”. Según Giuliani, solo en la movilización callejera se podrá cambiar la correlación de fuerzas y enfrentar al gobierno de Milei y a una clase política que calificó de “rentada y corrupta”.
Cordobazo: memoria y acción
Al referirse al próximo aniversario del Cordobazo, Giuliani destacó que aquel hito histórico “mostró que los obreros más calificados del país, del cordón industrial de Córdoba, que en aquel momento peleaban por el sábado inglés y por mejores condiciones de trabajo, construyeron unidad con el movimiento estudiantil, y tenían en su pliego derrocar a una dictadura. Esa característica movimientista en la pelea y para ocupar la calle permitió voltear a Onganía”.
Finalmente, adelantó que “en homenaje al Cordobazo vamos a estar haciendo una charla con dirigentes sindicales, entre ellos a Daniel Yofra de la Federación Aceitera. Él nos demuestra que con la huelga, planteando un salario mínimo, vital y móvil, y con organización en la lucha se puede dar vuelta la tortilla”.
La memoria del Cordobazo y las reflexiones de Giuliani se inscriben en un contexto de profunda crisis, donde la unidad y la construcción de nuevos liderazgos emergen como las claves para un futuro más justo y equitativo.