Daer calificó como "delirio" los salarios dinámicos propuestos en la reforma laboral libertaria y advirtió que la CGT no “va negociar" si tiene carácter regresivo

El cotitular de la CGT enfatizó que “lo primero que hay que discutir es que todavía tengamos 48 horas de trabajo semanales” y adelantó que evalúa llevar a cabo una estrategia para evitar la aprobación de ambas cámaras del Congreso Nacional.
 

Martes, 28 de octubre de 2025 20:56

El cosecretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Héctor Daer, enfatizó que si la reforma laboral impulsada por presidente Javier Milei “es para retroceder, no vamos a negociar” y señaló que “hasta ahora no hay ningún indicio de cuál es el borrador que pretende el gobierno “. 

El también titular saliente de la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad (FATSA), cuestionó los proyectos previos que circulan desde 2024, principalmente el de la diputada Romina Diez, de Santa Fe, y destacó que las reformas propuestas podrían implicar una transferencia de derechos de los trabajadores hacia los sectores empresariales.

Asimismo, Daer remarcó que la central obrera estaría dispuesta a discutir una reforma si es progresiva; de lo contrario, descartó cualquier negociación.

En declaraciones radiales, declaró que “hay un proyecto que viene de la diputada Romina Diez, de Santa Fe, incluso firmado por el exdiputado Espert, que habla de reformas varias de la ley de contrato de trabajo”, y calificó como “un delirio” la idea de implementar salarios dinámicos que permitan pagar por debajo del mínimo de convenio según la región. Además, fustigó contra la creación de un “banco de horas” como mecanismo para no pagar horas extras. 

En ese marco, remarcó que “lo primero que hay que discutir es que todavía tengamos 48 horas de trabajo semanales”. También  advirtió que la CGT solo negociará si la reforma es progresiva. “Si es para retroceder, no vamos a negociar”, sentenció.

La estrategia de la central obrera

 

Por otro lado, denunció que, con las actuales normas, “tener un trabajador formal o informal da lo mismo; las multas ya no existen y se busca generar un mercado de capitales con los fondos de indemnización”.

Con el objetivo de evitar el progreso de cualquier iniciativa que resulte arcaica, el dirigente sindical precisó llevar a cabo una estrategia combinada que incluya una acción política para garantizar mayorías parlamentarias que detengan avances legislativos, medidas judiciales contra lo inconstitucional y acciones sindicales, que incluyen paros y movilizaciones.

Las medidas incluyen todo el menú táctico, para tener una estrategia común en el momento adecuado: primero acción política, luego judicial, y si hace falta, paros y movilizaciones”, subrayó.

Los principales ejes de la reforma

 

El punto más sensible de la reforma laboral es el cambio en el sistema de negociación colectiva. El Ejecutivo busca que las paritarias tengan alcance por empresa y no por rama de actividad, como ocurre actualmente. De avanzar, esto permitiría diferencias salariales según el tamaño o la ubicación geográfica de cada empresa, rompiendo el principio de equidad sectorial que rige en la mayoría de los convenios colectivos.

Otro eje central de la reforma es la incorporación de un esquema de “criterios objetivos de productividad” para otorgar aumentos individuales. Se trata de una suerte de salario por mérito, que permitiría a las empresas pagar más a quienes registren mayor rendimiento.

El borrador de la reforma también incluye la creación de un banco de horas, que permitiría flexibilizar los horarios de trabajo. De este modo, las empresas y los empleados podrían acordar semanas con jornadas más largas a cambio de otras con menor carga, alterando el tope legal de 8 horas diarias o 48 semanales establecido por la Ley N° 11.544.
 

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