El mundo del revés: libertario que vive de sus padres apoya la jornada laboral de 12 horas de la reforma de Milei

Durante un móvil callejero de Crónica TV, un joven libertario que aún vive con sus padres defendió la jornada laboral de 12 horas que propone el Gobierno de Javier Milei. La escena, tan insólita como reveladora, expone el grado de penetración del discurso oficial que busca justificar una modificación muy regresiva de la legislación laboral.

Miércoles, 29 de octubre de 2025 18:10

La escena parecía surrealista, pero ocurrió en un móvil callejero de Crónica TV y se convirtió en una postal del clima de época: un joven libertario, estudiante y sin empleo, defendiendo la reforma laboral del Gobierno de Javier Milei y, en particular, la posibilidad de trabajar 12 horas diarias.

El cronista del canal le preguntó si trabajaba.
No, estudio, respondió el joven.
¿Y estás a favor de una reforma laboral que habilite jornadas de 12 horas?
Sí. Antes que nada hay que trabajar y aportar, sostuvo.

El breve diálogo, que rápidamente se viralizó, es más que una anécdota. Refleja el poder de instalación del discurso oficial sobre el “sacrificio” como valor moral y la idea de que la precarización laboral es un costo necesario para el progreso. Mientras el joven admitía vivir aún a cargo de sus padres, repetía los argumentos del Gobierno sobre la supuesta necesidad de flexibilizar las condiciones de trabajo para “formalizar” el empleo y aumentar los aportes al sistema previsional.

La reforma laboral que impulsa Milei

El Gobierno de Javier Milei impulsa una profunda transformación del mercado laboral argentino. El proyecto, denominado “Ley de Promoción de Inversiones y Empleo”, fue presentado por la diputada libertaria Romina Diez y apunta a “modernizar” los convenios colectivos, permitir jornadas extendidas, fragmentar las vacaciones y habilitar bancos de horas.

Entre los puntos más controversiales se encuentra la extensión de la jornada laboral: podría pasar de las 8 horas actuales a un máximo de 12 por día. También propone que las indemnizaciones por despido y las multas judiciales puedan abonarse en hasta 12 cuotas, reemplazando el sistema de pago único vigente.

Además, el texto habilita que parte del salario se pague con “ticket canasta o restaurante”, una modalidad que ya fue cuestionada por la Justicia laboral en otros tiempos por diluir el carácter remunerativo del sueldo.

La iniciativa también busca flexibilizar convenios colectivos, habilitar vacaciones fraccionadas y renegociar la ultraactividad —la vigencia de los acuerdos hasta que se firme uno nuevo—, además de promover paritarias por productividad o por empresa, una fórmula que remite a los años noventa.

Rechazo sindical y apoyo empresario

La Confederación General del Trabajo (CGT) rechazó de plano el proyecto, al que calificó como una “ratificación del decreto 70/23” y una iniciativa “inconsulta”, elaborada sin diálogo previo con los gremios. La central obrera advirtió que la reforma implicaría una pérdida real de derechos laborales y una transferencia de costos desde las empresas hacia los trabajadores.

Del otro lado, el sector empresarial celebró la propuesta, considerándola una herramienta para reducir costos laborales y estimular la formalización del empleo. Argumentan que las regulaciones actuales “ahogan” la competitividad y que la reforma generaría un entorno más “atractivo” para las inversiones.

El camino legislativo

El Gobierno espera que el Congreso debata la iniciativa luego del llamado “Consejo de Mayo”, una instancia que reunirá a representantes del Ejecutivo, los sindicatos y el empresariado. El texto base será el presentado por Romina Diez, aunque podrían incorporarse modificaciones surgidas del diálogo político.

Mientras tanto, las imágenes del joven libertario de Crónica TV siguen circulando en redes, convertidas en símbolo de un tiempo en que la precarización laboral se disfraza de “mérito” y la explotación, de “libertad”.

 

OTRAS NOTICIAS
OTRAS NOTICIAS