La tensión volvió a escalar en el frigorífico Euro, ubicado en la intersección de San Diego y Buenos Aires, en la localidad santafesina de Villa Gobernador Gálvez. Los empleados decidieron este lunes profundizar las medidas de fuerza en reclamo de la reincorporación de 47 despedidos y por la falta de pago de salarios. La planta, que la semana pasada funcionaba parcialmente, se encuentra ahora completamente paralizada.
El clima de desesperación llegó a un nuevo límite cuando uno de los trabajadores decidió encadenarse a las rejas del establecimiento, en señal de protesta por la situación. “Nadie nos escucha. El Ministerio de Trabajo nos soltó la mano. Queremos trabajar, pero no podemos seguir así”, expresó visiblemente quebrado el operario, que además denunció que quienes permanecen en actividad tampoco cobraron la totalidad de sus haberes de septiembre.
Ninguna respuesta
El conflicto se arrastra desde comienzos de año, pero se agravó en las últimas semanas ante la falta de respuestas empresariales. “La medida de la semana pasada se había levantado con la promesa de los pagos, pero todavía no cumplieron con la totalidad”, señalaron los trabajadores.
Según relataron, los 47 despidos fueron “con causas inventadas” y la comunicación con los nuevos dueños del frigorífico se limita a reuniones virtuales. “A las audiencias no se presentan. Nosotros estamos abiertos al diálogo, queremos saber qué va a pasar con estas 47 familias que quedaron afuera”, insistieron.
Mientras tanto, la planta continúa sin actividad. “Hay mucha mercadería que se está tirando, y nosotros lo único que queremos es volver a trabajar”, remarcaron los empleados, que advirtieron que mantendrán la protesta hasta obtener una respuesta concreta.
El modelo Milei, en carne viva
Desde el Sindicato de la Carne advirtieron que el conflicto del frigorífico Euro SA no es un caso aislado, sino un reflejo del impacto del modelo económico impulsado por el gobierno de Javier Milei. “El modelo económico del Gobierno destruye el consumo interno, habilita importaciones y deja a los trabajadores a la deriva”, señalaron desde la organización.
Según datos gremiales, los frigoríficos del país están operando a menos del 60% de su capacidad, con ventas estancadas, sin acceso a crédito y con salarios que se deterioran mes a mes.
En paralelo, el Ministerio de Trabajo de Santa Fe sigue sin intervenir pese a los reclamos reiterados y a la magnitud del conflicto.
“El drama laboral volvió a golpear con crudeza en Villa Gobernador Gálvez —resumieron los representantes sindicales—. Lo que pasa en Euro SA es la postal de una Argentina en recesión, donde los trabajadores pagan el costo de un ajuste que no eligieron”.