Especialistas realizaron un informe para "construir un horizonte de trabajo diferente” y alertaron que la situación no se resuelve con "motosierra, dinamita y estallidos"

El documento realizado por integrantes de centros de estudios sobre temas laborales presenta un análisis de la coyuntura post elecciones PASO y realiza un aporte sobre las varias modificaciones legislativas que se hicieron en las últimas semanas, y otros temas que están en debate.

Por Redacción

13 de octubre de 2023

Varios de los principales desafíos laborales que enfrenta Argentina, entre ellas la informalidad, la desigualdad de género y la caída del poder adquisitivo, no se solucionarán "con motosierra, dinamita y estallidos", recetas que proponen algunos candidatos presidenciales, las cuales, según un grupo de especialistas e integrantes de centros de estudios sobre temas laborales, "llevarían a un escenario muchísimo peor que el actum

El resultado de las elecciones primarias en el país expresó un agudo malestar que es, “en parte, un malestar laboral”, así lo definieron en el inicio del documento.

A su vez, explicaron que “no hay soluciones mágicas e instantáneas para resolver las dificultades y los desafíos del mercado laboral”. Desde el grupo autor del informe aseguraron que pretenden identificar algunos de los principales desafíos que enfrenta el mundo del trabajo en el país y, a la vez, describieron una serie de propuestas para abordarlos.

La coyuntura actual demanda la combinación de herramientas para resolver las urgencias del corto plazo, con el diseño de estrategias para abordar tanto los desafíos estructurales de nuestra matriz productiva como los cambios más recientes en las formas productivas y en las relaciones laborales.

Caracterización de las propuestas de Milei

Para los especialistas, el ingreso de las y los trabajadores no va a valer más en una economía que intente avanzar por el camino de la dolarización. Por el contrario, se va a pulverizar.

No va a haber mejores oportunidades laborales y de progreso en un país en donde los empresarios tengan discrecionalidad absoluta para despedir trabajadores; y eso es lo que proponen cuando anuncian que van a eliminar las indemnizaciones, en referencia a los postulados del neoliberal Javier Milei. “Pero eso sólo conduce a más disciplinamiento e incertidumbre para las y los trabajadores y a mayor inestabilidad en los empleos”, señalaron.

“La posibilidad de que las mujeres y diversidades tengan las mismas oportunidades que los varones de progresar en el trabajo no se consigue con quienes niegan que en nuestra sociedad existan desigualdades de género”, remarcaron.

A su vez, los derechos laborales de quienes no los tienen no se consiguen eliminando las protecciones de los que trabajan bajo el amparo de las leyes y los convenios colectivos de trabajo. “La formalidad no se alcanza legalizando la informalidad y la precariedad”, destacaron.

Tampoco se va a mejorar el nivel educativo y las competencias laborales de las y los trabajadores desarticulando y mercantilizando el sistema educativo. Para los especialistas, esas reformas sólo conducen a más segregación y mayor desigualdad.

Asimismo, subrayaron que el país del estallido y la motosierra es un país con menos ingresos para quienes trabajan, con peores oportunidades de empleo, con más desigualdad, con más dificultades para las mujeres, con más obstáculos para los emprendedores. “Es un país con menos libertad”.

Nuevo horizonte de trabajo

Según señalaron en el informe, un nuevo horizonte de trabajo debe partir de un sendero de desarrollo con eje en la promoción de sectores de actividad dinámicos, con potencial para impulsar el crecimiento económico y con alta capacidad para generar puestos de trabajo.

“El problema es que cada vez que en nuestra historia se implementaron programas de gobierno basados en este enfoque neoliberal, no sólo no se impulsó la creación de nuevos puestos de trabajo sino que, además, aumentó la informalidad, cayeron los salarios reales y creció marcadamente la desigualdad”, detallaron.

En esa línea, rebaten las principales propuestas de reforma enunciadas desde los partidos de derecha: reducir o eliminar las indemnizaciones (el “modelo UOCRA”); terminar con la industria del juicio; eliminar la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo; y restringir la acción sindical.

¿Cómo mejorar los salarios de los trabajadores?

La mejora de los salarios y, más en general, de los ingresos de los hogares es una cuestión que requiere un abordaje urgente. Según las últimas estimaciones correspondientes al primer semestre de 2023, el 40% de la población vive en condición de pobreza.

Asimismo, proponen llevar adelante políticas de ingreso en el corto plazo, en el marco de un programa de reducción de la inflación. “La propia estabilización de la inflación tendrá, por el contrario, un efecto positivo sobre el poder de compra de los salarios e ingresos, como ha ocurrido en otros contextos históricos”, manifestaron. Y establecer mejoras estructurales en el largo plazo.

Además de atender a la urgente recomposición de ingresos en el corto plazo, es preciso avanzar en políticas que apuntalen la inversión y el incremento de la productividad en la economía local, para que en el mediano y largo plazo los salarios puedan incrementarse sostenidamente.

La vigencia de la negociación colectiva contribuye a asegurar que las ganancias derivadas de esa mayor productividad lleguen a las y los asalariados, pero desde el Estado pueden desplegarse políticas de ingreso que incidan para que ese proceso se dé junto con una mejora en la distribución del ingreso en favor del trabajo.

Los salarios del sector público requieren también de una mejora sustancial.

¿Cómo mejorar la situación laboral del conjunto de trabajadores por cuenta propia, incluyendo a los monotributistas?

En un mundo del trabajo que ha venido transformándose de forma acelerada, existen nuevas formas de trabajo por cuenta propia. Por ello, plantearon los siguientes problemas a prestarle atención del régimen del monotributo:

  • Su sobreutilización por parte de empresas grandes, así como por el propio Estado. No se trata solo de las plataformas de reparto (que explican en gran medida el crecimiento reciente del número de personas inscriptas en el monotributo), sino también de otros rubros, como educación, comercio y seguros. En gran parte de estos casos, su utilización busca encubrir relaciones de dependencia, lo cual trae aparejada la pérdida de otros derechos para las y los trabajadores (licencias, cobertura ante accidentes, salarios de convenio, derecho a la indemnización por despido, etc.).
  • Su utilización para cubrir a personas que no son trabajadores por cuenta propia. Entran en esta categoría cooperativistas, becarios, trabajadores que prestan tareas para empresas extranjeras.
  • Su carácter altamente subsidiado respecto al régimen de relación de dependencia, lo cual pone presión sobre la sostenibilidad del sistema de seguridad social.

¿Cómo reducir la informalidad laboral?

Para los autores del informe, la informalidad es una problemática particularmente extendida en empresas con baja capacidad contributiva, pero también está presente en unidades con mayor respaldo económico, en algunos casos a través de la tercerización.

A su vez, es una realidad que afecta de manera especial a algunos sectores de actividad y que también atraviesa al sector público, remarcaron. “Considerando esa heterogeneidad, abordar esta problemática es un desafío que requiere de una multiplicidad de herramientas. La instalación de un régimen de contribuciones patronales más progresivo permitirá ajustar estos compromisos a la rentabilidad de los empleadores, para que las micro y pequeñas empresas puedan crecer en la senda del cumplimiento”, desarrollaron.

De este modo, se concentrarían los beneficios del sistema en las empresas de menor tamaño, creciendo tendencialmente la contribución según los ingresos y rentabilidad de las unidades productivas y manteniendo así la sustentabilidad del régimen de la seguridad social.

¿Cómo reducir las brechas de género?

Según detallaron en el informe, para reducir las brechas de género en el trabajo remunerado primero se necesita abordar el trabajo no remunerado de cuidados. Es menester avanzar en sistemas de cuidados que, a través de políticas de tiempo, infraestructura y recursos, distribuyan socialmente la responsabilidad de cuidar a las y los niños, las personas mayores y las personas con discapacidad. Contar con estos sistemas será positivo para la vida de las mujeres y, a la vez, reducirá la desigualdad en el acceso y la calidad de los cuidados en cada una de estas poblaciones.

La agenda debe incluir la aplicación de licencias por nacimiento y cuidados igualitarias y obligatorias, para trabajadores de todos los géneros, y contemplando la diversidad de familias. Esto permitirá reducir la discriminación laboral que sufren las mujeres y, al mismo tiempo, involucrar a los varones en las tareas de cuidado. Asimismo, es estratégica la plena aplicación de la nueva reglamentación del artículo 179 de la Ley de Contrato de Trabajo, que obliga a empleadores de establecimientos laborales de más de 100 personas a destinar recursos para el cuidado de las y los hijos de quienes trabajan que no estén dentro de la educación obligatoria (45 días a 3 años inclusive). Estas empresas pueden constituir espacios de cuidado dentro del establecimiento, asegurar vacantes en espacios cercanos o reintegrar al menos el 40% de los gastos por contratación de jardín de infantes habilitado o de trabajadora de casa particular registrada.

Reducción de la jornada

“Frente a las profundas transformaciones que atraviesa el mundo del trabajo y a la necesidad de actualizar ciertas regulaciones, no deja de resultar curioso que la jornada laboral de 48 horas semanales esté por cumplir un siglo en nuestro país”, aseguraron en el informe.

En ese marco, subrayaron que reducir gradualmente la jornada laboral, que se ubica entre las más altas de América Latina, es una vía para mejorar la calidad de vida de las y los trabajadores. Sería una forma, a su vez, de revertir parcialmente el proceso reciente de pérdida de participación de los trabajadores en la distribución del ingreso, en un contexto en el cual la productividad se desempeñó muy por encima del nivel salarial.