La presencia de Gerardo Martínez en el Consejo de Mayo, el espacio tripartito lanzado por el gobierno nacional que se reunió hace unos días, disparó una avalancha de críticas distintos sectores, por las consecuencias de las políticas libertarias en áreas claves, como la industria. Pese a los reclamos de una política confrontativa, el mesa chica de la central obrera mantiene su postura, que le vale acusaciones de complicidad con el momento de crisis que se vive. El proceso electoral que tendrá lugar en el segundo semestre del año, sumada a la interna del peronismo en plena ebullición, potencian estas diferencias, que en el comienzo de la gestión actual parecieron cerrarse por la coincidencia en el rechazo al modelo de La Libertad Avanza, pero que otra vez se ensanchas de la mano de las posturas contrapuestas. En este sentido, los sectores más combativos comenzaron a reunirse en torno de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que esta semana lanzó unas 30 ollas populares con movimientos sociales y las dos fracciones de la CTA, con quien forman el llamado Frente por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos, que se perfila como el espacio “de contención” para estos grupos, que buscarán instalar como “un nuevo MTA” para hacerse de la conducción cegetista.
En los 90, cuando la conducción de la CGT estaba en manos de dirigentes cercanos al menemismo, un sector de dirigentes críticos con el modelo formó el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA). Allí, Hugo Moyano comenzó a sumar poder dentro del movimiento obrero, apadrinado por dirigentes de peso como Juan Manuel Palacios, líder histórico de la UTA. Gracias a su resistencia en esos años, llegaron al gobierno de Néstor Kirchner con un importante caudal de poder, que les permitió unificar la central obrera y liderarla, a través de la figura del camionero. E
ste modelo parece ser el que muchos dirigentes quieren para este nuevo frente, que ya se movilizó al Ministerio de Desregulación y este Día de la Independencia protagonizó las ollas populares. “Vamos a enfrentar al gobierno, no vamos a dejar que nos lleven puestos los derechos”, dijo una fuente consultada por Data Gremial al respecto. Si bien la comparación con el MTA “puede ser apurada por ahora”, que haya sectores externos a la CGT le da un valor “a un armado más allá de Azopardo”.
El nuevo espacio, bautizado como Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y el Salario Justo, tiene como uno de sus promotores al titular de la CATT, Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), junto con Juan Pablo Brey (aeronavegantes) y Pablo Biró (pilotos), entre otros, más los jefes de la CTA Autónoma, Hugo “Cachorro” Godoy, y de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), el gremio de los movimientos sociales que dirige Alejandro Gramajo, además de un rival interno de la CATT como Omar Maturano, líder de La Fraternidad, y hasta algunos dirigentes moderados de la CGT.
La transversalidad de los sectores que se suman hace pensar en una agenda “de base común” pero “difícil de conjugar bajo un mismo paraguas”. Por eso cuando la dirigencia cegetista decidió sentarse con el gobierno, el malestar explotó. Esto generó que en una reunión con la mesa chica, el propio Schmid admitió que buscarán su propio camino, y rechazó que sea un armado “anti CGT”, como los dirigentes le dijeron en esa cumbre en la sede de UPCN.
Figuras
Una de las características del MTA era que se constituyó de figuras ascendentes que empezaban a destacarse. Y que pertenecían a sectores afectados directamente por el modelo del gobierno. En este punto hay coincidencias con el nuevo frente, aunque los referentes más destacados tiene un largo recorrido en el sindicalismo. La sorpresa, de todas formas, fue la presencia del líder de la UOM, Abel Furlán, un dirigente alineado con el kirchnerismo que acaba de emplazar a la CGT a adoptar en forma urgente un plan de lucha contra el “ajuste de Milei y la proscripción de Cristina Kirchner”.
El líder de los metalúrgicos se desempeña como secretario del Interior de la CGT y no fue a la reunión de este lunes en Sanidad donde la mesa chica cegetista aprobó la participación de Gerardo Martínez como su representante ante el Consejo de Mayo, que debutó con la presencia de funcionarios, gobernadores, legisladores y empresarios. Además, el metalúrgico fue candidateado por lo bajo como posible secretario general único de la nueva conducción de la CGT.
A la marcha del nuevo espacio también fueron dirigentes de la CGT que avalan el nuevo giro dialoguista que dio su cúpula: Julio Piumato (judiciales), Jorge Sola (seguro), Miguel Paniagua (espectáculos públicos) e incluso el Sindicato de Camioneros, con una fuerte presencia a través de Octavio Argüello (cotitular cegetista), Omar Pérez (que integra la CATT) y Karina Moyano (hija del líder gremial y secretaria de la Mujer de la Federación).
Sola es uno de los nombres que manera la actual conducción de la central obrera para ser su hombre de unidad, así que la presencia en la jornada puede responder a esta estrategia. Algo similar puede verse en la presencia de Pablo Moyano, que coincidió luego de mucho tiempo en una actividad con su padre, y que lanzó críticas a la presencia de la CGT en la mesa del Consejo de Mayo, como contó Data Gremial.
Interna del peronismo
Otro punto que incluirá en esta etapa de disputa es la interna del PJ, que si bien logró cierta unidad para las próximas elecciones, está en medio de una disputa muy fuerte entre los sectores kirchnerista y el gobernador Axel Kicillof. El fin de semana pasado, la conducción cegetista ya eligió bando: como era de esperarse, se hizo público su alineamiento con el mandatario bonaerense. Andrés Rodríguez lo declaró luego de la cumbre en el distrito de Merlo, y se distanció más de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Su ausencia en los actos y muestras de solidaridad en San José 1111 dejó en claro su postura, que trasparenta la distancia con el entorno de la mandataria, ahora detenida. “No vamos a acatar un carajo lo que diga Cristina”, grito a la concurrencia Héctor Villagra, dirigente de la UOCRA, concejal de Avellaneda y actual vicepresidente del PJ local, en un acto organizado por el intendente Jorge Ferraresi, un ex cristinista hoy alienado con Kicillof. Esta fue una muestra brutal de estas diferencias.
“Nosotros debemos apoyar al gobernador Axel Kicillof, al intendente Jorge Ferraresi, que son dirigentes que ponen las bolas donde hay que ponerlas. Nosotros, y de esto me hago cargo, desde el movimiento obrero, como secretario general del movimiento obrero local, no vamos a acatar un carajo lo que diga Cristina, nosotros tenemos que hacer algo para ganar”, sostuvo Villagra ante los presentes, generando sorpresa en la concurrencia, que aplaudió pese a todo. La regional de la CGT Lanús-Avellaneda es un claro ejemplo de cómo la interna del PJ es un obstáculo para la unidad sindical: es una de las pocas seccionales que no logró normalizarse, por esas diferencias. Las mismas se instalaron en el conurbano bonaerense, donde las posturas que asuman los intendentes serán claves para los alineamientos.
La postura de Villagra, que menos explícitamente fue pronunciada por la conducción cegetista en estos días, puede engrosarse con la decisión de Barrionuevo de jugar en la interna, tanto sindical como del peronismo. En estos días, se inauguró el primer local de su nuevo sello partidario, que será parte del proceso electoral legislativo de este año. En ese contexto, dejó un claro mensaje: “Llego el momento que Cristina deje en paz al peronismo”.
Con su mensaje, podría sumarse a las expresiones del dirigente de Avellaneda, aunque se sabe que suele ser impredecible el gastronómico. Lo cierto es que reunió a un grupo de más de 40 gremios para el lanzamiento de la nueva sede del Partido Trabaj.ar, un “espacio peronista con eje sindical” que busca disputar poder real tanto en política como en el sector gremial.
El presidente del flamante partido, Hugo Benítez, secretario general de la Asociación Obrera Textil, afirmó que la iniciativa responde a una necesidad urgente del sindicalismo: “Tener una herramienta política propia para discutir las políticas que necesitamos”. “Mi decisión fue precisamente no seguir siendo más de lo mismo. Yo creo que la gente ha expresado que quiere un cambio”, sentenció Benítez, al justificar su adhesión al proyecto impulsado por Luis Barrionuevo y presentado con un acto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y que contó que presencias de peso como Carlos Acuña, Daniel Vila, Maia Volcovinsky y el economista Martín Redrado.