Paritarias por empresa, salarios individuales “por mérito” y sueldos en “distintas monedas”: la reforma laboral ultra flexibilizadora que busca imponer el Gobierno

El Ejecutivo prepara un proyecto que desarma la negociación colectiva, introduce salarios por productividad y habilita pagos en distintas monedas. Los gremios alertan que se trata de una ofensiva de flexibilización sin precedentes.

Viernes, 24 de octubre de 2025 17:47
Foto: EFE

El Gobierno nacional prepara una reforma laboral que implicaría un cambio de paradigma en las relaciones de trabajo en la Argentina. La iniciativa, que incluirá paritarias por empresa, premios salariales por productividad, un sistema de banco de horas y pago en distintas monedas, será enviada al Congreso luego de las elecciones y ya generó rechazo entre los gremios.

Un rediseño de las paritarias

El secretario de Trabajo, Julio Cordero, expuso los lineamientos centrales del proyecto ante la comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados. Según explicó, el objetivo es “modernizar las relaciones laborales sin eliminar protecciones”.

El punto más sensible es el cambio en el sistema de negociación colectiva. El Ejecutivo busca que las paritarias tengan alcance por empresa y no por rama de actividad, como ocurre actualmente. De avanzar, esto permitiría diferencias salariales según el tamaño o la ubicación geográfica de cada empresa, rompiendo el principio de equidad sectorial que rige en la mayoría de los convenios colectivos.

“Los acuerdos por empresa permiten ajustar las cláusulas a las realidades de cada empresa, sus trabajadores y la región del país donde desarrolla su actividad económica”, argumentó Cordero.

Desde el Gobierno sostienen que el esquema actual genera “rigideces” y que los salarios de convenio crecieron menos que los sueldos privados promedio. Entre 2017 y 2025, los salarios pactados en paritarias se contrajeron un 20%, mientras que la masa salarial general lo hizo un 10%, según datos oficiales.

Sin embargo, especialistas advierten que el sistema propuesto debilita la negociación sindical. “Actualmente la negociación por empresa sólo puede mejorar lo negociado por rama de actividad”, recordó Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma.

“El que más produce, más gana”: los salarios por mérito

Otro eje central de la reforma es la incorporación de un esquema de “criterios objetivos de productividad” para otorgar aumentos individuales. Se trata de una suerte de salario por mérito, que permitiría a las empresas pagar más a quienes registren mayor rendimiento.

“El que más produce, más gana”, resumió Cordero. En la actualidad, esos incentivos existen en algunos sectores jerárquicos fuera de convenio, pero el Gobierno busca extenderlos al conjunto de los trabajadores.

Desde la CGT, las críticas no tardaron en llegar. El secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez, advirtió que este punto “no fue conversado” en la mesa del Consejo de Mayo, ámbito tripartito que integran el Gobierno, empresarios y gremios.

“Ese tema no apareció nunca. Quedamos de acuerdo en que nada de lo que figurara (en la reforma) tenía que estar por fuera de lo que se discutió en el Consejo. Esto es un per saltum del Gobierno para instalar un cliché como ya lo hicieron otros antes, pretendiendo una salida a la depresión económica alterando las relaciones laborales”, cuestionó el dirigente cegetista.

Banco de horas y “distintas monedas”

El borrador de la reforma también incluye la creación de un banco de horas, que permitiría flexibilizar los horarios de trabajo. De este modo, las empresas y los empleados podrían acordar semanas con jornadas más largas a cambio de otras con menor carga, alterando el tope legal de 8 horas diarias o 48 semanales establecido por la Ley N° 11.544.

Además, el texto prevé habilitar la “libertad contractual” para pactar salarios en distintas monedas, algo que el Ejecutivo justifica como una forma de “adaptarse al contexto global y las nuevas formas de remuneración”.

“La intención es eliminar rigideces, facilitar la contratación y la formalización, no eliminar protecciones”, insistió Cordero, quien también habló de digitalizar procesos de registro y reducir lo que llamó “trabas burocráticas”.

Rechazo sindical y preocupación por la flexibilización

Las declaraciones del secretario de Trabajo encendieron las alarmas en el movimiento obrero. Gerardo Martínez fue tajante: “Estas propuestas son cantos de sirena, expresiones ideológicas. Les gusta sensibilizar al sector empresario con estas ideas, pero son una bola de ensayo y un instrumento de campaña”, sostuvo.

Para la dirigencia sindical, el proyecto implica una ultra flexibilización del mercado laboral que pondría en riesgo conquistas históricas: negociación por rama, jornada limitada, salarios homogéneos y convenios colectivos con alcance general.

El salario, otra vez detrás de la inflación

En paralelo, un informe de la consultora Equilibra mostró que solo un puñado de gremios logró ganarle a la inflación durante el mandato del gobierno libertario. Hasta julio, los mayores avances correspondieron a petróleo y gas (+22,8%), farmacéuticos (+17%), calzado (+16,3%), peones rurales (+8,4%), madereros (+2,6%) y mecánicos (+1,5%).

En cambio, los textiles (-38,2%), la administración pública nacional (-35,6%), los docentes universitarios (-30,6%), las empleadas domésticas (-29,2%), los ferroviarios (-28,9%), los judiciales (-24,1%) y los obreros de la construcción (-14,4%) sufrieron los mayores retrocesos reales.

Una pulseada abierta

Aunque el Gobierno insiste en que la reforma busca “modernizar” las relaciones laborales, el movimiento obrero la lee como un intento de romper la columna vertebral del modelo sindical argentino.

Con el proyecto en camino al Congreso, la discusión por el futuro de las paritarias, los convenios y el salario se perfila como una de las grandes batallas políticas y sociales de los próximos meses.

 

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