“Estimados clientes: les informamos que esta sucursal cerró sus puertas. Agradecemos su preferencia durante estos años”. Con este sencillo y escueto cartel, la sucursal Castelar de Supermercado Vea anunciaba el cierre de ese local. La noticia llegó casi sin aviso, e incluso la ubicación de la vecina de Moreno, en el marco de “reestructuración interna” del grupo Cencosud en el país, que incluye otros cierres en el interior del país y el despido de 100 trabajadores. El caso no es aislado, y golpea a dos localidades bonaerenses, donde se viene sintiendo como en toda la zona metropolitana la crisis laboral, que producen el modelo libertario en el mercado laboral.
Al punto la cuestión es importante, que según una reciente encuesta el 80 por ciento de los habitantes de esta zona del país, la más densamente poblada, tienen miedo a perder su trabajo, lo que marca el peso que tiene hoy en el horizonte el desempleo, pese a que las cifras aparentan que no es un problema. Además la mayoría de los consultados está “insatisfecha” con su situación económica, otro componente grave de este coctel social explosivo. Los gremios de la región tiene “la oreja puesta” en los conflictos que van naciendo todos los días, para intentar auxiliar a esas familias que enfrentan el drama de perder su fuente de ingresos.
En la zona del AMBA, la alerta por los despidos constantes crece a medida que la crisis de ingresos se profundiza. Esa combinación hace que en el horizonte perder el trabajo sea un verdadero drama. Según el Índice de Percepción del Ánimo Social (IPAS), un monitor elaborado por la consultora Indaga-RSO, “más de un 80 por ciento se define como preocupado o muy preocupado en relación con la posibilidad de perder su actual empleo”, responsabilizando por este escenario crítico al gobierno de Javier Milei. La encuesta muestra el impacto dramático de los despidos, suspensiones y cierres de empresas que se convirtieron en noticias de todos los días durante el actual gobierno.
En el AMBA “cada vez más gente busca un segundo o tercer empleo para complementar sus ingresos insuficientes y el 47 por ciento de los encuestados se manifestó como muy preocupado por la posibilidad de perder su trabajo y otro 34 por ciento se definió como bastante preocupado, totalizando un 81 por ciento de habitantes con una grave incertidumbre laboral”. Apenas un 16 por ciento se definió como “tranquilo”, un 8 por ciento como “poco preocupado” y otro 8 por ciento como “nada preocupado”.
Además, “más del 70 por ciento se manifiesta como insatisfecho por la situación económica”. Los datos, a los que tuvo acceso Data Gremial, se completan con una perspectiva a futuro negativa: “El 60 por ciento de los encuestados se manifiesta pesimista acerca del futuro y un 90 por ciento responsabiliza por la situación al presidente Javier Milei”. Así, sólo “un 22 por ciento de los encuestados aprueban la gestión mileísta, mientras que un 68 por ciento la desaprueba”.
La presentación del análisis explica, reforzando el vínculo entre la percepción de la situación y una posible decisión electoral: “El estado de ánimo de la población influye en la evaluación del gobierno. La percepción de la realidad, para el sujeto es la realidad. Y desde esa percepción se toman decisiones”.
Esto también se expresa en la percepción del futuro cercano, con una duplicación de las expectativas pesimistas respecto del año previo. El 60 por ciento de los encuestados consideró que su situación será “peor” en seis meses (en contraste con el 37 por ciento de diciembre) y apenas un 11 por ciento anticipó una mejoría (17 puntos menos que el 28 por ciento registrado a fines del año pasado).
Alerta
Casos como las sucursales de Vea de Moreno y Castelar suelen generar alarma por el impacto de la empresa en cuestión, y alimenta el temor a una crisis de empleo generalizada, como se vivió en la segunda mitad de los 90. El clima de alarma tiene a los gremios expectantes, ya que estas situaciones impactan en el ánimo social. Las regionales de la CGT, por ejemplo, están atentas a lo que pueda pasar en el futuro inmediato.
En este sentido, los datos son muy preocupantes: un relevamiento realizado en el Parque Industrial de Pilar, marcó que en los últimos meses de produjeron mil despidos. Casos como el de la firma Magenta, firma dedicada a la producción de elementos de higiene y belleza, marcan el ritmo de la crisis. “Tenemos la oreja puesta en cada uno de los sectores que están en problemas”, le dijo a Data Gremial el titular de la CTA Autónoma Capital, Pablo Spataro, respecto de la mirada que tienen sobre este temor generalizado.
Si bien no tienen datos concretos propios, Spataro aseguró que perder el trabajo “es una preocupación que atraviesa a todos trabajadores”, sobre todo en la zona AMBA. El problema puede verse en la Ciudad de Buenos Aires, que suele tener un índice de desempleo menor al conurbano bonaerense, que suele ser más alta que la media nacional.
En este contexto, la preocupación por los despidos aumenta, como marcó esta encuesta. “No hay margen para perder el trabajo. Si con un solo empleo no alcanza y hay que buscar cómo conseguir más ingresos. Hay que imaginarse lo que pasa si perdés la entrada principal”, reflexionó Spataro. La diferencia se puede ver en que mientras en suelo porteño los conflictos son poco visibles, en el gran Buenos Aires hay una gran variedad de acciones contra las suspensiones y despidos.
Impacto
Esta realidad se volvió central en la campaña electoral, tanto la que pasó en la provincia de Buenos Aires como la nacional, donde se definirá mucho más que el nuevo Congreso. Además de definir parte del escenario político, esta elección marcará la posibilidad del gobierno de imponer cambios en leyes claves, como las laborales. La reforma que busca el oficialismo, claro está, busca flexibilizar las condiciones laborales. “Cuando hay menos derechos hay menos empleo y más despidos, no al revés”, le dijeron a Data Gremial desde la CGT Lomas de Zamora, respecto del impacto de las elecciones en la situación del mundo del trabajo.
En la regional más grande del país, que abarca varios distritos del sur del gran Buenos Aires, hay varias empresas en crisis, conflictos abiertos y problemas con el empleo, que los gremios temen se pueden profundizar si por ejemplo el gobierno implementa la reforma laboral que se está adelantando. Por eso, en un acto reciente junto a los candidatos de Frente Patria del movimiento obrero llamaron a “reventar las urnas” de votos contra el oficialismo.
Todo esto se da en un clima de creciente pesimismo, que la encuesta de la consultora Indaga-RSO dejó al descubierto. Claudio Righes, uno de los responsables de la encuesta, resumió algunos de sus principales datos: “La desazón generalizada por primera vez llega también al núcleo duro libertario. Es gente que lo votó y no piensa volver a votarlo. Las conductas más habituales en estos casos son la no participación y la adopción del discurso antipolítico. Es peligroso”.
Y agregó: “Hace meses que vemos un deterioro del ánimo social. Lo novedoso, en este caso, es que los sentimientos negativos, según la pregunta, llegan al 80 por ciento. Esto implica que perforaron el 30 por ciento que Milei tenía como propio. No necesariamente dejaron de ser libertarios, pero se sienten desilusionados”.