El cardenal estadounidense y con ciudadanía peruana Robert Prevost fue elegido este jueves como nuevo papa por los 133 cardenales participantes del Cónclave en Roma. En su primer acto simbólico como líder de la Iglesia Católica, decidió adoptar el nombre León XIV, una elección que no pasó desapercibida.
La referencia apunta directamente a León XIII, pontífice entre 1878 y 1903, ampliamente recordado por su encíclica Rerum novarum (1891), un documento fundacional para la doctrina social de la Iglesia. En ese texto, León XIII defendía los derechos de los trabajadores y condenaba con fuerza las injusticias laborales que se vivían en plena Revolución Industrial.
Un homenaje a León XIII y su defensa de la dignidad obrera
Rerum novarum abogaba por una “relación justa” entre trabajadores y empleadores, destacando el rol central de la familia y el trabajo digno como ejes de una sociedad equilibrada. El papa León XIII advertía que la deshumanización del obrero y el pago injusto eran contrarios a la fe católica. Además, se pronunciaba a favor de la intervención estatal en cuestiones como seguridad e higiene laboral, descanso dominical y limitación de la jornada.
León XIII también alentaba la formación de sindicatos y asociaciones obreras católicas como herramientas para canalizar las demandas laborales desde una visión cristiana del mundo. Su legado, considerado pionero en el pensamiento social de la Iglesia, marcó un punto de inflexión en la postura del Vaticano frente a los problemas del mundo moderno.
La elección del nombre papal: un gesto con historia y mensaje
Aunque la tradición del cambio de nombre al asumir el pontificado tiene raíces en los primeros tiempos del cristianismo, su adopción formal se remonta al siglo VI. Fue el papa Juan II, nacido con el nombre pagano de Mercurio, quien inauguró esta práctica al considerarlo impropio para el líder de la Iglesia.
Desde entonces, la elección del nombre papal ha sido interpretada como una declaración de principios. Por ejemplo, Francisco, elegido en 2013, adoptó ese nombre en honor a San Francisco de Asís, símbolo de humildad y defensa de los pobres.
León XIV se suma ahora a la lista de papas que optaron por nombres cargados de significado. Con su elección, Prevost se inscribe en una línea de continuidad con la tradición de un papado sensible a las cuestiones sociales. El nuevo pontífice parece enviar un mensaje claro: el compromiso de la Iglesia con la dignidad del trabajo y la justicia social sigue vigente.
A lo largo de la historia, los nombres más elegidos por los pontífices han sido Juan (21 veces), Gregorio (16), Benedicto (16), Clemente (14) e Inocencio y León (13 cada uno). La elección de León XIV no solo revive esa tradición, sino que refuerza un vínculo entre pasado y presente en la historia del Vaticano.