El 17 de diciembre de 1991, en el camping de los obreros navales en la localidad bonaerense de Burzaco, se reunieron un grupo de gremios descontentos con la realidad del movimiento obrero, y su falta de reacción ante el avance del neoliberalismo. Allí, coinciden casi todos, comenzó el germen de lo que dos años después sería la Central de Trabajadores de Argentina o CTA, el espacio donde se comenzó a construir la resistencia a las políticas del menemismo. En esa reunión, recuerda Carlos de Frade en su libro “Nosotros los trabajadores”, pese a las diferencias se comenzó a gestar la unidad del espacio. “Vamos a andar, y en el camino seguimos discutiendo todo lo que nos falta”, se sintetizó, luego de los discursos de Mary Sánchez y Víctor de Gennaro. Así, construyeron la central alternativa hasta que en 2010, una elección fallida fracturó ese armado, dando inicio a la etapa de los dos espacios. Pero como pasó más tímidamente en el gobierno de Mauricio Macri, los caminos de ambas estructuras vuelven a juntarse en la gestión de Javier Milei, como una respuesta al constante ataque a los trabajadores. “La idea es comenzar a sesionar juntos”, dijeron en una entrevista conjunta Hugo Yasky y Hugo “Cachorro” Godoy, dando el puntapié a esta nueva etapa. La provincia de Buenos Aires se vuelve vanguardia de este proceso, yendo incluso más allá y confluyendo con las regionales de la CGT.
Una vez que los dirigentes adelantaron la idea de comenzar la reunificación, comenzaron a darse instancia de unidad entre ambas fracciones. Así, se pudieron ver actos conjuntos contra los vetos del presidente Milei, contra la represión a jubilados o rechazando el aumento de la pobreza. Además, la dirigencia confluyó en la asunción de la nueva comisión directiva de la Federación Judicial Argentina (FJA), donde hay gremios de ambos espacios, que lograron una lista conjunta encabezada por Matías Fachal. Reunificación avanza rápidamente, y en breve se formalizarán los pasos institucionales, comenzando con el primer plenario conjunto, que según pudo saber Data Gremial será el próximo lunes 30 de septiembre. Allí, se comenzarán a “sentar las bases” de esta reunificación, que tiene una propuesta como eje, que tiene reminiscencias de los 90: los dirigentes principales de ambos espacios ya piensan en una Marcha Federal contra el Hambre.
El proceso de unidad de la CTA viene con muchas ganas de los compañeros y la militancia, para poder unirnos y plantear una agenda en común”, destacó Roberto Baradel, referente de la CTA de los Trabajadores. En diálogo con Data Gremial, el líder de SUTEBA remarcó que “este proceso genera mucha expectativa y mucha alegría, además de la comprensión de la necesidad que tenemos de unir y establecer iniciativas que nos permitan enfrentar esta política que está aplicado el gobierno nacional, que vienen lisa y llanamente a quitarnos derechos a los trabajadores y las trabajadoras y destruir las organizaciones populares, además de destruir el Estado argentino”. Los intentos de unir al movimiento obrero comenzaron en la era Macri, donde hubo planes de acciones comunes, empezando con el acto del 1° de Mayo de 2016. Además, al inicio de la gestión de Alberto Fernández hubo una intención de unidad, en ese caso de la CTA de Hugo Yasky con la CGT, una vuelta que no prosperó por diversas razones. “Esta es una señal muy importante para el conjunto, le pedimos a la política partidaria que tiene que estar unida y los gremios no lo hacemos, por eso para poder predicar hay que poner el ejemplo, vamos a hacer un aporte muy importante para esto”, analizó Baradel del proceso actual
Avanzada bonaerense
En este camino de la unidad, la provincia de Buenos Aires aparece como un faro. En las últimas semanas, hubo dos plenarios conjuntos de las regionales bonaerenses de las dos CTA, que nunca tuvieron el grado de fricción que se dio a nivel nacional. En las fallidas elecciones del 2010, el problema se centró en la conducción nacional, a nivel provincial el triunfo de la Baradel no fue objetado, lo que evitó los cruces que sí se dieron en el plano nacional, entre los candidatos Yasky y Pablo Micheli. “En provincia de Buenos Aires ya tuvimos plenarios de las mesas, plenarios de secretarios generales y ahora estamos recorriendo en conjunto el territorio en plenario en las regionales”, sostuvo Baradel al respecto de este proceso.
Un dato clave de la unidad bonaerense es la cercanía de ambos espacios a la gestión de Axel Kicillof, a quien respaldan en sus políticas contrarias a lo que pasa a nivel nacional. Como marcó Baradel, el gobierno de la provincia de Buenos Aires “está enfrentando estas políticas libertarias, y además plantea la unidad y no la disputa interna”. Para apuntalar esto, en este tiempo se fomentaron multisectoriales junto a movimientos sociales y otras organizaciones, que trabajan en los territorios para darle desarrollo a esta unidad. “En las multisectoriales que estamos trabajando están todas las regionales de la CGT”, aclaró Baradel, que destacó el trabajo en esta confluencia de Abel Furlán, el líder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que en su rol de secretario del interior de la CGT coordina el trabajo de las seccionales locales.
Otro actor de importancia en esta coordinación es el ministro de Trabajo provincial, Walter Correa, que completa la pata de la unidad bonaerense. “Tenemos que construir con esos espacios”, dijo el referente de SUTEBA sobre el armado, que busca una forma para instrumentar la agenda de trabajo, para potenciar la unidad que se pueda dar a nivel nacional. En esa construcción, aparecen varias estructuras formales entre las dos CTA y la CGT que pueden formalizar estos esfuerzos. “Podríamos buscar distintas formas, una intersindical por ejemplo, una coordinación de la política gremial, y quien dice se puede confirmar el Movimiento Sindical Bonaerense con todos los sectores, sería muy importante”, anticipó Baradel.
Desde abajo
En el armado de esta unidad, los gremios y espacios de base serán claves para hacer sólida la proyección nacional. Por eso en este tiempo las regionales tomaron la posta y se pusieron al servicio de la unidad. En Lanús, por ejemplo, la semana pasada se hizo el primer plenario conjunto, a partir de “lo dispuesto por la militancia de las centrales obreras a lo largo y a lo ancho de toda la provincia de Buenos Aires”. allí confluyeron dirigentes de todos los partidos vecinos, para avanzar en “una unidad programática”. En este sentido, Mara Corvalán, secretaria general de la CTA de los Trabajadores lanusense, manifestó que “estamos viviendo políticas de ajuste del Gobierno nacional que impacta en las distintas realidades del conurbano bonaerense. La unidad de las dos centrales, y de las tres ante esto es muy importante, es muy necesaria, tenemos que construir una salida alternativa”.
En el primer documento fundacional de la CTA, que se conoció luego de aquella jornada de Burzaco de diciembre de 1991, la dirigencia sentó las bases para la futura central obrera, y pese a la fractura mucho de su espíritu está presente en estos esfuerzos por la reunificación. “Este compromiso se funda en la evidente necesidad de ir dando forma a una herramienta de acumulación política que permita instalar en el escenario de las decisiones los distintos conflictos parciales”, afirmaron aquellos pioneros. Más allá de nuestra limitaciones y debilidades, agregaron, “este balbuceo que comenzamos a esbozar hoy no debe desalentarnos”. Hoy, más de 30 años después, se vuelven a dar las condiciones –externas e internas –para avanzar en una construcción similar.