Más del 40% de los trabajadores formales del país están bajo la línea de la pobreza

Un informe de la UMET alerta sobre los efectos de la inflación en el ingreso de los salarios, un fenómeno que se duplicó en dos décadas. El flagelo afecta a cada vez más sectores, incluso profesionales y bajo convenio.

Por Diego Lanese

Redactor de Data Gremial

Viernes, 13 de diciembre de 2024 10:00

Desde que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) creó la categoría “working poor” o “trabajadores pobres”, se viene estudiando en el mundo la evolución de este fenómeno, que parece un oxímoron: Tener trabajo y estar bajo la línea de la pobreza. Si bien cuando se comenzó a usar se la vinculó al desempleo o el empleo irregular, en las últimas décadas se comenzó a ver esta figura en el sector más estable del mercado laboral: los empleados formales. En la Argentina, la cantidad de personas que están bajo este flagelo viene creciendo desde hace tiempo, pero en la gestión de Javier Milei tuvo un pico histórico. En octubre, un estudio del Instituto de Investigaciones Gino Germani (IIGG) de la UBA ubicó en el 30 por ciento los trabajadores pobres en el país. Dos meses después, esa cifra creció 13 puntos. “El 43 por ciento de los trabajadores ocupados y el 77,8 por ciento de los desocupados se encuentran por debajo de la línea de pobreza”, destacó un relevamiento conjunto del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD).

Esta situación, alertaron se agravó desde 2017, “cuando solo el 18 por ciento de los asalariados eran pobres”. “En siete años, más de 6 millones de trabajadores pasaron a ser pobres”, informaron. Este fenómeno se hizo transversal a todos los sectores y los niveles de formación, lo que marca la profundidad de la crisis. 

El trabajo comparó la evolución de la inflación este año –considerando solo consumos de los trabajadores –y la comparó con los salarios registrados e informales. Así, se determinó el crecimiento de la cantidad de empleados con problemas vinculados a la pobreza.

La situación varía según el tipo de empleo: “la pobreza afecta al 60 por ciento de los asalariados informales y los trabajadores no calificados, mientras que en los asalariados formales y los no asalariados calificados, la pobreza es inferior al 30 por ciento”. Desde 2017, remarcó el reporte al que tuvo acceso Data Gremial, “la pobreza laboral ha aumentado de forma sostenida, pasando del 18 al 43 por ciento de los trabajadores ocupados, lo que implica que 6 millones de personas cayeron por debajo de la línea de pobreza en los últimos 7 años”. Este fenómeno está vinculado “al deterioro del poder adquisitivo y a la insuficiencia de los aumentos salariales frente a la inflación”.

Fabián Amico, coordinador del IET, recalcó en las conclusiones del informe que “la economía argentina enfrenta una paradoja: aunque se aprecia el tipo de cambio real, los salarios reales no se recuperan y permanecen estancados”.

Esto se debe “al fuerte ajuste de los precios regulados (servicios públicos y privados) dispuesto por el gobierno tras la gran devaluación de diciembre pasado”. Este ajuste “contribuyó a la inflación general y redujo los salarios reales, a pesar de la apreciación del tipo de cambio”. Este impacto se dio en todo el mercado laboral, con fuerte impacto en informales, autónomos y otras formas de trabajo precario. pero también en conveniados, incluyendo algunos profesionales , lo que habla de la magnitud del problema.

Evolución

La evolución de la cantidad de trabajadores pobres se viene profundizando en las últimas cuatro décadas en el país.

Según los datos, hasta mediados de los ‘80 la cantidad de trabajadores que no lograban pasar la línea de pobreza no superaba el 19 por ciento de la población en igual situación, mientras que en la década del 90 trepó al 22 por ciento y al 29 por ciento en el 2003. Las estimaciones marcan que a fines del 2014 estaba en el 20 por ciento, lo que muestra que se duplicó en dos décadas.

Esto se explica en gran parte por los problemas de inflación, que el trabajo conjunto ubicó en noviembre de este año en el 2,9 por ciento, igual que en octubre. “La inflación acumulada en 2024 llegó al 123,3 por ciento y en los últimos 12 meses escaló al 177,9 por ciento, aunque la inflación interanual se desacelera por séptimo mes consecutivo”, se explicó.

El principal motor del aumento fue el rubro Alimentos y bebidas (+3,3 por ciento), especialmente frutas (+5,5 por ciento) y verduras (+4,4%). Otros sectores como Educación (+2,9 por ciento), Comunicaciones (+2,9 por ciento) y Vivienda (+2,8 por ciento) también registraron subas, aunque menores.

El director general del CCD, Nicolás Trotta, señaló que la caída de ingresos generó un fenómeno perverso: "Estar incluido en la producción pero ser pobre en la distribución". Trotta también subrayó que esta situación comenzó en la segunda mitad del gobierno de Mauricio Macri y no pudo ser revertida por el último gobierno peronista. Según su análisis, la clave para la "reconstrucción justicialista" es garantizar una vida digna material para los trabajadores.

Fenómeno trasversal

Una característica nueva del fenómeno de los trabajadores pobres en la Argentina es que se volvió transversal, y afecta a toda la pirámide laboral. antes, los alcanzados por este flagelo eran empleos poco calificados, temporarios o empleo público, en todas sus variantes.

Pero ahora la situación alcanza a profesionales y lugares hasta no hace mucho de buenos ingresos. Un grupo históricamente afecto son los trabajadores estatales, tanto nacionales, provinciales y especialmente municipales.

El plan motosierra de Milei, con su guerra declarada al Estado, afectó a los empleados públicos en todas sus instancias, y puede verse sus efectos en los distintos niveles de la gestión. “Para los estatales de todos los niveles el gobierno de Javier Milei fue muy negativo, pusieron el ojo del ajuste en nosotros y los jubilados”, dijo Marcelo Belelli, de ATE Esteban Echeverría-Ezeiza.

En diálogo con Data Gremial, el dirigente que además es trabajador de la ANAC sostuvo que sus salarios “perdieron más del 80 por ciento del poder de compra en el último año, y eso es algo que el gobierno se vanagloria”. Esto empujo a muchos empleados públicos a estar por debajo de la línea de pobreza.

Además de este sector, históricamente castigado, hay registro de trabajadores pobres en otras áreas hasta no hace muchos ajenas al problema, como médicos o docentes universitarios.

Estos últimos tuvieron este año dos movilizaciones multitudinarias contra las políticas libertarias para la educación superior. “Tenemos la pérdida salarial más importante de los últimos 30 años”, le dijo a Data Gremial un dirigente del Frente Sindical de Universidades Nacionales.

Sólo este año, recordó, “los sueldos de los docentes estuvo unos 60 puntos por debajo de la inflación, la pérdida es inédita, lo que hace que muchos profesores y docentes estén hoy por debajo de la línea de pobreza”. Los datos son contundentes. También en la salud pública sucede esto, más porque las provincias están ajustando sus presupuestos, un “efecto cascada” que deja a cada vez más argentinos, con trabajo formal, en la pobreza.