Bajo una lluvia constante, la semana pasada trabajadores y científicos de todo el país se movilizaron al Polo Científico y Tecnológico del barrio porteño de Palermo para denunciar el “brutal ajuste” que el gobierno nacional está realizando en el sector de ciencia del país. Con un petitorio que fue respaldado por más de 12 mil firmas, la protesta también sirvió para denunciar que en lo que va del año la secretaría a cargo del área apenas ejecutó un 10 por ciento de su presupuesto, lo que golpea todas las investigaciones que se realizan en los distintos centros y entidades nacionales. “Están matando la ciencia argentina”, fue el grito conjunto, que pidió la renuncia de los responsables del área. Este panorama tiene otra consecuencia nefasta para el futuro: la pérdida de puestos de trabajo. Según un reciente informe, se estima que desde que asumió la gestión liberal el sector científico perdió 2.500 puesto, tanto de trabajadores como de investigadores y becarios. El CONICET es el organismo más golpeado, con más de 500 empleados administrativos y de apoyo cesanteados, en el marco del ajuste de la planta de trabajadores públicos nacionales.
El trabajo del Grupo de Investigadores, Analistas y Consultores con experiencia en Gestión de Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación (EPC-CIICTI) analizó la realidad del sector científico desde el punto de vista de sus trabajadores. En este sentido, concluyó que en ocho meses de gestión libertaria “prácticamente todos los organismos de ciencia redujeron su planta”. “El sufrió una grave reducción de su planta de trabajadores, perdiendo 2.448 puestos entre los distintos organismos y empresas estatales”, destacó el reporte, al que tuvo acceso Data Gremial. En términos porcentuales, “esto implica una caída global para el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) del 3,3por ciento entre diciembre de 2023 y julio de 2024”. Según el último informe, el CONICET es el ámbito más dañado: “en este organismo de ciencia se recortaron 825 becas y 514 puestos entre administrativos e investigadores de carrera y personal de apoyo”. Además, “si bien los demás organismos no perdieron tantos trabajadores como el CONICET, se destacan las caídas absolutas en INTI (-271) y CNEA (-138). Por su parte, la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (ICT) -ex Ministerio de Ciencia y Tecnología- sufrió una importante reorganización que incluyó más de 120 despidos”.
A su vez, cuando se considera la variación en términos relativos, “se destaca la notable reducción operada en la Agencia I+D+i, que ha eliminado a un tercio de su planta de personal (-32,8 por ciento), situándose muy por encima del resto de los organismos de ciencia y tecnología en la disminución a 8 meses del empleo en el SNCTI”. Le siguen “la Secretaría de ICT (-21,1 por ciento), el Banco Nacional de Datos Genéticos (-12,8 por ciento), el Instituto Nacional del Agua (-11 por ciento), el Instituto Geográfico Geográfico Nacional (-8,9 por ciento) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (-8,7 por ciento)”. En todos los casos, “se trata de reducciones importantes que implican la desestructuración de equipos conformados por profesionales altamente calificados que se pierden como recursos del sector científico de nuestro país en 8 meses”, el gobierno de Milei redujo el empleo “en el total de la Administración Pública Nacional en un 9,6 por ciento, destruyendo 32.816 puestos de trabajo”.
Plan de lucha
Esta situación se viene denunciando desde el CONICET, tanto a través de sus trabajadores representados en ATE como de los distintos grupos que reúnen a científicos y becarios. Juntos realizaron la actividad de la semana pasada, que constó dela entrega de 12 mil firmas de integrantes del organismo para reclamar por “la continuidad del financiamiento de la entidad”, que hace poco fue distinguida como referencia regional en la materia. La actividad contó con el respaldo de la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología de Argentina. “Lamentablemente, las autoridades científicas del país siguen negándose a recibir a los trabajadores del CONICET”, le confirmaron a Data Gremial desde la Junta Interna de ATE.
Durante la jornada de lucha, los trabajadores además rechazaron la paritaria nacional firmada por UPCN, que fue rechazada por ATE, que otorga un 2 por ciento de aumento para septiembre y un 1 por ciento acumulativo para octubre. “Los investigadores del CONICET paradójicamente estamos cobrando menos que el mes pasado”, alertaron en tanto desde organismo respecto a la situación de los científicos. Esto, afirmaron las fuentes consultadas, tiene que ver con dos cuestiones: “Una un bono excepcional que se cobró el mes anterior por 60 mil pesos y muchos recuperaron ganancias de 2023. El recibo de este mes no tiene ni la recuperación de ganancias ni el bono de 60 mil pesos”. Durante el acto, luego de leer un documento, se adelantó que trabajadores y científicos continuarán “con el plan de lucha que incluye asambleas por lugares de trabajo, marcha universitaria a mediados de septiembre y una jornada nacional de lucha en CONICET para fines de septiembre”.
Pérdida salarial
Por su parte, el otro problema que estuvo presente en el reclamo de los trabajadores y científicos fue “la grave pérdida salarial de los investigadores que siguen formando parte de los organismos científicos”. Dos datos son claves para entender este panorama, que fueron expuestos por el Grupo EPC-CIICTI. Uno es que, “el gobierno redujo 30 por ciento la inversión en Ciencia y Tecnología en esos 8 mismos meses, tal como lo reflejó un informe de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA”. Por su parte, “los salarios del sector científico y tecnológico perdieron un 26 por ciento de su capacidad adquisitiva frente a la inflación”, de acuerdo con datos del informe.
“La situación es tan acuciante que, en septiembre, científicos del CONICET cobraron menos que el mes anterior, algo agravado por el acuerdo entre el gremio UPCN y el Gobierno para que la suba a los trabajadores y trabajadoras estatales sea sólo el 3 por ciento para los próximos dos meses”, marcó el reporte del grupo. Ante esto, esta semana el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que reúne a casi 70 universidades nacionales, y la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RACyT), advirtieron sobre la “situación límite en la cual se encuentra el sistema científico y el sistema académico”.
“Presupuesto atrasado con relación a la inflación, ahogo salarial, desfinanciamiento de proyectos, paralización de fondos para nuevas investigaciones e incertidumbre con las ya aprobadas, becarios a los que no se les renuevan sus beneficios, despidos de personal administrativo. Todas estas decisiones nacionales que vienen siendo advertidas por referentes del área, colocan al sector científico-tecnológico del país en la cuerda floja”, destacaron desde las entidades, en un documento conjunto luego de la cumbre de rectores en la provincia de La Pampa. Bajo el título “La ciencia es la universidad”, advierte que “el estado de situación de la ciencia en la Argentina es alarmante”, y que “de no mediar un cambio trascendental de las políticas del gobierno nacional, se encamina a experimentar un proceso de deterioro sin precedentes”. En este punto aclararon que el 60 por ciento de las personas que hacen ciencia en el país trabajan dentro de las universidades nacionales, y que muchos institutos de investigación son de doble dependencia entre alguna universidad y el CONICET.