Trabajadores “quemados”: el país encabeza el ranking regional de empleados que sufren síndrome de Burnout

La enfermedad laboral es reconocida en el ámbito nacional e internacional como un “factor de riesgo laboral”. Según una encuesta, el 94 por ciento de los argentinos consultados dicen padecerlo.  

Estoy quemado”. La frase suele escucharse en muchos lugares de trabajo, en especial en esta época del año, cuando el desgaste comienza a hacer efecto. Lo cierto que desde el año 2000, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce esta situación como una enfermedad laboral, a la que bautizó síndrome Burnout. Este padecimiento, que suele definirse también como síndrome de agotamiento laboral o directamente “síndrome del quemado”, se extiende en el mundo, y desde hace un tiempo es una preocupación entre los especialistas y autoridades laborales y sanitarias. Se lo suele relacionar a los malos entornos de trabajo, aunque tiene múltiples factores que hacen difícil su detección.

En la Argentina, el mal es reconocido por la justicia como una patología de los trabajadores, y una reciente encuesta alertó que la gran mayoría de los empleados argentinos lo padecen. Con datos que afirman que el 90 por ciento de los participantes lo sufren, el país se volvió el líder indiscutible en la región de este problema. Los especialistas marcan la necesidad de tomar medidas preventivas, y aseguran que la conflictividad que aumenta en estos tiempos electorales y de crisis económica no hace más que empeorar el panorama.

La encuesta de la consultora Bumeran determinó que los trabajadores argentinos sufren en su mayoría el síndrome de Burnout por las condiciones laborales. En concreto, el 94 por ciento de los consultados dijeron tener agotamiento laboral o estar “quemados”.

Estos datos son los más altos de la región, además del registro más alto de agotamiento laboral desde que se realiza. En esta cuarta edición el estudio “Burnout” participaron 4.386 trabajadores y especialistas en Recursos Humanos: 1549 de Argentina, 754 de Chile, 452 de Ecuador, 464 de Panamá y 1167 de Perú.

La investigación explora “cómo experimentan las personas el síndrome de Burnout y qué políticas implementan los especialistas para mitigarlo”. El aumento en el país de esta enfermedad laboral es notable: “en 2020, plena pandemia, fue el 88 por ciento de las personas encuestadas que aseguró transitarlo, en 2021 un 80 por ciento, y en 2022 un 86”. En cambio, este año la enorme mayoría delos consultados afirmaron atravesar un agotamiento excesivo en el contexto laboral.

En este contexto, la Argentina se posicionó nuevamente primero entre los países de Latinoamérica. Por detrás se ubicaron Chile, con un 91 por ciento; Panamá, con un 83 por ciento; Ecuador con un 79 por ciento; y, por último, Perú, con un 78 por ciento. Una clave de estos datos es la falta de medidas contra este flagelo.

Según la encuesta, “el 56 por ciento de los especialistas de Recursos Humanos afirmó que no se hace nada desde la empresa una vez que hay señales de Burnout en el trabajador, el 28 por ciento brinda apoyo emocional, el 16 por ciento fomenta un ambiente de trabajo flexible, otro 15 por ciento explica que se reasignan tareas y responsabilidades, el 7por ciento implementa programas de bienestar laboral, el 6por ciento reduce la carga de trabajo de la persona afectada y proporciona tiempo libre adicional, y el 5 por ciento facilita el acceso a servicios de salud mental y promueve el uso de días de descanso pagos”.

Detectar los problemas

Según un informe elaborado por el Departamento de Medicina Preventiva y Laboral de la Corte Suprema de Justicia recordó que el país se sumó a la OMS y definió este síndrome “como un factor de riesgo laboral, debido a su capacidad para afectar la calidad de vida, salud mental e incluso hasta poner en riesgo la vida del individuo que lo sufre”. La definición del máximo tribunal, a la que tuvo acceso Data Gremial, lo describe como “una forma inadecuada de afrontar el estrés crónico, cuyos rasgos principales son el agotamiento emocional, la despersonalización y la disminución del desempeño personal”. La OMS definió por su parte al síndrome, como “el resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo, que no se ha manejado con éxito”.

Además, tanto a nivel nacional como internacional se estableció que “las circunstancias que favorecen la aparición de este cuadro están ligadas a los siguientes factores: sobrecarga laboral, a menudo desplazada hacia tareas burocráticas y marginales; y presión en el trabajo con exigencias de rendimientos a través de resultados”.

Además, se estableció que la “baja implicación laboral, escasa autonomía, poca participación en la organización, gestión y planificación, indefinición de actividades, carencia de innovaciones laborales e incomodidad física” son situaciones que pueden favorecer su aparición. También factores externos o ambientales, como puedo ser la pandemia de coronavirus.

Conflictividad

Si bien el estudio no identificó los rubros laborales más expuestos al síndrome de Burnout, se sabe que hay muchas que son especialmente sensibles. El personal de salud en uno de ellos, sobre todo por lo que sucedió desde la aparición de las crisis del Covid-19.

De hecho, los primeros casos estudiados y documentados de esta enfermedad se dieron en médicos y otros integrantes del sistema sanitario. La enfermería es un caso que suele nombrarse para graficar esta “quemazón”. Cuestiones como el pluriempleo, los bajos sueldos, la falta de reconocimiento laboral y el maltrato suelen hacer que terminen en esta situación.

Ante esto, y con miras al Día Nacional de la Enfermería, que se celebra el próximo 21 de noviembre, la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE) llamó a una serie de actividades, que se consensuaron en una reciente asamblea. La principal, según informaron a Data Gremial desde el gremio, es “una jornada de lucha federal, unitaria y bien amplia”, que comenzará con una vigilia y permanencia en el Congreso nacional y va a concluir con “una acción ya tradicional de nuestro colectivo: una multitudinaria ‘Marcha de las Antorchas’ por el reconocimiento a la enfermería en el plano salarial, laboral y profesional”.

En la Ciudad de Buenos Aires, se viene pidiendo que se incluya al sector en la ley 6.035, de reconocimiento de los profesionales de la salud, y se acusa al gobierno de CABA de discriminación. La capital del país está segundo en casos de Burnout reportado por la encuesta, con un 27 por ciento de los casos, sólo superada por el área del gran Buenos Aires, con el 36 por ciento. La provincia de Buenos Aires tiene un 12 por ciento de los casos mientras que un 25 por ciento adicional reside en otras grandes áreas metropolitanas de las provincias de Mendoza, Córdoba y Santa Fe.

TEMAS DE NOTA