Uno de cada dos argentinos sufre “estrés económico” debido a que no puede cubrir sus necesidades

Según un informe del Observatorio de la UCA, la percepción de ingresos insuficientes se extiende incluso a los sectores medios con empleo formal.

Lunes, 30 de junio de 2025 11:33

Más del 50% de la población urbana en Argentina atraviesa actualmente una situación de estrés económico”, una categoría que refleja la percepción de insuficiencia de ingresos en los hogares. Así lo advierte el más reciente informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA), presentado en el programa Hagamos lío por el director del organismo, Agustín Salvia, junto a los investigadores Julieta Vera y Juan Ignacio Bonfiglio.

El estudio titulado “Estrés económico y movilidad social en la Argentina urbana (2010–2024)” pone en duda las afirmaciones oficiales que relacionan el aumento en la demanda laboral con salarios “atractivos”. Según los investigadores, uno de cada dos argentinos experimenta estrés económico debido a que no puede cubrir sus necesidades básicas ni mantener niveles adecuados de consumo y ahorro.

“El sentido común del ‘no me alcanza’ muestra una visión más realista de la pobreza, por más que sea un factor subjetivo”, afirmó Salvia durante la presentación del informe.

Radiografía del malestar social

Por primera vez desde la pospandemia de 2021, el estrés económico supera el 50% y se acerca a los niveles registrados en 2016, cuando el impacto de los aumentos tarifarios golpeaba de lleno a los hogares. El informe destaca que entre 2017 y 2024, el 75,7% de los hogares pobres y el 89,8% de los hogares indigentes manifestaron atravesar estrés económico.

Esta percepción, según los autores, puede ser un indicador anticipado del deterioro social, ya que combina datos objetivos con experiencias subjetivas. En los sectores más vulnerables, la cifra trepó hasta el 80% en los momentos más críticos. Incluso los estratos medio-altos muestran una suba sostenida, lo que sugiere una generalización del malestar más allá de los grupos históricamente afectados.

La presencia de niños y niñas en los hogares también se asocia con mayores niveles de estrés económico, lo cual, según el estudio, puede deberse al aumento en la carga económica y emocional que implica la crianza en contextos de incertidumbre.

Un fenómeno persistente y en expansión

El informe propone incorporar el estrés económico como un complemento a las mediciones tradicionales de pobreza por ingresos, ya que incluye dimensiones como aspiraciones, expectativas y experiencias previas. Esta perspectiva permite comprender por qué, por ejemplo, entre 2019 y 2020 el estrés económico disminuyó pese a que la pobreza por ingresos aumentó, en un contexto de pandemia y medidas de asistencia estatal.

En términos generales, desde 2010 los tres indicadores relevados —pobreza, indigencia y estrés económico— muestran una tendencia ascendente, con momentos de convergencia (como en 2016 o 2022) y otros de desacople. A lo largo del período analizado, el estrés económico se mantiene siempre por encima de la pobreza por ingresos, con una brecha que oscila entre los 10 y 20 puntos porcentuales.

El informe concluye que el deterioro de las condiciones de vida en Argentina no se refleja solo en los números duros, sino también en la creciente percepción de malestar, incertidumbre y dificultad para proyectar el futuro. “No alcanza con medir la pobreza desde lo monetario: el estrés económico permite observar el impacto social más profundo del modelo económico actual”, señala Salvia.