La histórica fábrica de cosechadoras Vassalli, ubicada en la ciudad santafesina de Firmat, atraviesa un nuevo episodio de crisis que pone en riesgo la continuidad laboral de sus 280 trabajadores. La preocupación crece ante la falta de pago de aportes, incumplimientos salariales y la ausencia de un plan de producción claro por parte de la empresa.
Este martes, en una audiencia realizada en la sede rosarina del Ministerio de Trabajo de Santa Fe, se esperaba que los propietarios de la firma presentaran un plan concreto para regularizar los aportes adeudados y delinear las expectativas productivas del año. Sin embargo, los dueños de la empresa, integrantes de la familia Marsot, no asistieron al encuentro, enviando en su lugar a dos representantes sin capacidad de decisión.
Crisis en un sector golpeado
En el contexto de una apertura importadora que presiona a la industria nacional y de un sector de maquinaria agrícola afectado por la baja demanda tras años de sequía, la situación en Vassalli se agrava. A los problemas estructurales de la compañía se suma el fantasma del concurso preventivo que atravesó en 2018, cuando la planta estuvo tomada por sus trabajadores durante 36 días.
En declaraciones a la prensa, Sergio Romero, secretario general de la UOM Firmat, calificó la ausencia de los propietarios en la audiencia como "una falta de respeto". "Ya vinimos a cuatro audiencias distintas por diversas problemáticas dentro de la planta, y nunca se presentaron los dueños. En su lugar, mandan a dos empleados como los afiliados que represento", denunció Romero.
Sin proyección y con incumplimientos
El gremialista advirtió sobre la falta de perspectivas claras de producción y ventas, una situación que genera incertidumbre en los trabajadores. "Lo que más preocupa no es el atraso salarial de hace 15 días, sino la ausencia de una proyección de trabajo. Esto ya lo vivimos en 2018, y parece que están repitiendo la misma maniobra", expresó.
Romero recordó que la fábrica es el motor de la economía de Firmat y afirmó que el gremio está dispuesto a colaborar para garantizar su continuidad, pero subrayó la necesidad de establecer "reglas claras y un diálogo sincero".
Atrasos salariales y retenciones indebidas
El reciente incumplimiento del pago de salarios, que motivó un quite de colaboración, expone las tensiones entre la empresa y sus empleados. Según Romero, el sueldo de mayo fue depositado apenas tres horas después de iniciada la medida de fuerza. "No es que no había plata, sino una mala intención por parte de la empresa", señaló, e instó a los directivos a comunicarse previamente con el gremio para evitar conflictos.
A ello se suma la retención indebida de aportes a la obra social y la seguridad social, un delito que pone en riesgo la salud de los trabajadores. "Es un tema muy delicado, y necesitamos soluciones inmediatas", enfatizó el dirigente.
La incertidumbre en Vassalli no solo afecta a sus empleados, sino también a la economía local, profundamente vinculada al destino de la fábrica. Mientras tanto, la falta de respuestas concretas por parte de la empresa sigue alimentando las tensiones y dejando a los trabajadores en un limbo que se torna insostenible.