En el marco del debate generado en la comisión de Presupuesto y Hacienda de la cámara de Diputados, que analiza el proyecto 2026 del oficialismo, el secretario de Trabajo de la Nación, Julio Cordero, defendió la eliminación de la intermediación en los programas sociales, justificó la decisión de no homologar los convenios colectivos de trabajo que superen el 1 por ciento mensual y aseguró que la reforma laboral que impulsa el gobierno busca "generar trabajo formal" a través de "salarios dinámicos", que podrían aumentar o disminuirse según la dinámica económica.
Ante una crítica del diputado y sindicalista Sergio Palazzo, sobre la decisión de no homologar los convenios de trabajo que superen el 1 por ciento mensual, Cordero sostuvo que “buscamos un equilibrio entre los sindicatos y los empresarios” y “que no haya traslado a precios para proteger a la sociedad”.
También, ante una consulta de los diputados Palazzo y Vanesa Siley, defendió la decisión del Gobierno de impulsar una reforma laboral al expresar que “apunta a la generación del trabajo y a que el trabajo sea formal”. “Las contrataciones tienen que hacerse libremente y tiene que ser un trabajo digno, formal y con las características internacionales que los trabajos requieren”, agregó, y se expresó además a favor de los convenios por empresa. A lo largo de su exposición, Cordero dijo que con los recursos destinados a la secretaría a su cargo se busca “darle un enorme foco a los programas de entrenamiento del trabajo y de inserción laboral”.
Salarios dinámicos
Entre los cambios que el Gobierno pretende incluir en la reforma laboral se incluyen los “salarios dinámicos”, una iniciativa apoyada por el sector patronal y que promete fuertes discusiones con los sindicatos. La figura buscaría que el valor fijado en los convenios sirva como punto de referencia general, aunque habilitando a regiones o empresas a negociar condiciones diferentes, siempre en línea con las posibilidades del entorno.
La implementación de los salarios dinámicos abriría la puerta a negociaciones descentralizadas entre empresas y representantes laborales. Según algunos borradores de la iniciativa, los valores fijados en los convenios dejarían de ser “pisos” y pasarían a funcionar como “techos” de referencia. Los sindicatos rechazan esta propuesta porque perderían la posibilidad de usar esos montos como el mínimo asegurado para todos los trabajadores encuadrados.
Si prospera la reforma, cada empresa podría pactar sumas diferentes, siempre que no superen lo fijado colectivamente. El gobierno pretende que las partes involucradas flexibilicen los mecanismos de actualización y revisión de ingresos, adaptándolos a la situación concreta de cada sector o firma.
Críticas
En el marco de la presentación de Cordero, Palazzo sostuvo que los libertarios hablan “de cosas que en el país ya han pasado y fracasaron porque duplicaron la desocupación", y planteó: "Tenemos que trabajar en la laboralización de los trabajadores de plataformas”. Y destacó la actitud que asumen los sindicalistas en las negociaciones paritarias ya que “saben que tienen que proteger a sus trabajadores”, pero con “la mirada puesta en que la empresa tienen que ser sostenida en el tiempo”.
Palazzo, titular de La Bancaria, señaló que en la actualidad hay 321 mil puestos de trabajos menos ya que “no existe ningún castigo para las empresas que no registran a los trabajadores, difícilmente lo hagan”.
Por último, los sindicatos advierten que introducir “techos” salariales en lugar de “pisos” representaría una pérdida de garantías para los empleados. Desde la Secretaría de Trabajo aseguran que el proyecto no implica eliminar la negociación colectiva, sino dotarla de mayor flexibilidad y capacidad de adaptación al entorno económico.