El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, confirmó su participación en la marcha convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) el este miércoles 30 de abril, en la previa del Día del Trabajador. La movilización, que promete ser multitudinaria, también cuenta con el respaldo de las dos CTA y de organizaciones como la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).
El acto no solo será una celebración de los derechos laborales, sino también un espacio de protesta contra el acuerdo del gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las reformas económicas impulsadas por el presidente Javier Milei.
Un recorrido simbólico y un homenaje especial
La concentración está programada para comenzar a las 14:00 en la intersección de las avenidas 9 de Julio e Independencia. Desde allí, las columnas avanzarán hacia el Monumento al Trabajo, ubicado sobre la avenida Paseo Colón.
En el acto central, el consejo directivo de la CGT llevará a cabo una oración ecuménica en homenaje al Papa Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril. Este gesto busca destacar el legado del pontífice en favor de los sectores más vulnerables y su constante mensaje de justicia social.
Un documento contra las políticas de ajuste
Además del homenaje, los dirigentes sindicales presentarán un documento que expresará el rechazo de la CGT a las políticas económicas del gobierno nacional. En el texto, los sindicatos criticarán particularmente las reformas laboral y previsional promovidas por el FMI, que consideran pasos hacia un ajuste más severo y la pérdida de derechos adquiridos por los trabajadores.
"Medidas que en el lenguaje de los libertarios no son otra cosa que más despidos", anticiparon desde la central obrera, marcando una postura contundente frente a las políticas de Javier Milei.
Unidad sindical y respaldo político
La presencia de Kicillof en la marcha refuerza la unión entre el sector sindical y el liderazgo político opositor, en un contexto de fuerte cuestionamiento a las decisiones del Ejecutivo. La movilización busca ser no solo un acto de reivindicación laboral, sino también una señal clara de resistencia frente a los ajustes exigidos por el FMI y promovidos por el Gobierno Nacional.
Con este escenario, el Día del Trabajador se perfila como un momento clave para visibilizar el descontento de los sectores populares y sindicales ante las políticas que, según denuncian, profundizan las desigualdades y atentan contra los derechos de los trabajadores.