La catástrofe laboral no se detiene: el gigante de los electrodomésticos Whirlpool cerró su planta de Pilar y despidió a sus 220 trabajadores

La multinacional estadounidense había inaugurado esa instalación en 2022 y fabricaba lavarropas para exportación y para el mercado interno. La decisión se tomó frente al desplome de las ventas y aumento de las importaciones.

Miércoles, 26 de noviembre de 2025 12:56

La empresa Whirlpool sorprendió este miércoles al confirmar el cierre definitivo de su planta de lavarropas ubicada en el Parque Industrial de Fátima, en Pilar, dejando sin empleo a 220 trabajadores. La fábrica había sido inaugurada en octubre de 2022 y producía equipos de última generación tanto para el mercado interno como para exportación.

Desde la compañía argumentaron que el cierre se debe a la pérdida de competitividad, la fuerte caída del consumo y la creciente entrada de electrodomésticos importados, factores que hicieron “inviable” sostener el modelo productivo local. Ejecutivos de la firma admitieron que el negocio “no logró ser lo suficientemente ágil y eficiente” en el actual contexto económico, y anunciaron que la operación se reorientará exclusivamente a actividades comerciales y de servicio. Entre 100 y 120 empleados conservarán sus puestos en esas áreas.

La UOM ya inició una mesa de negociación para definir las condiciones de salida del personal, que incluirá indemnizaciones y un plus acordado con la compañía. “Ellos no son solo colaboradores, también son consumidores. Si pudiéramos volver a producir en el futuro, la idea es que la relación sea a largo plazo”, sostuvieron desde Whirlpool al justificar el esquema indemnizatorio.

Bronca y resistencia en la planta

El anuncio cayó como un baldazo de agua fría entre los trabajadores. Ignacio Cabezas, uno de los operarios, relató en diálogo con FM Plaza 92.1 que no hubo ningún aviso previo: “Nos acaban de desvincular a toda la empresa. Cierran completamente y nos trajeron un transporte para el que se quiera ir. Pero estamos todos en la playa, no nos vamos hasta que nos den una respuesta coherente”.

El entonces presidente Alberto Fernández recorrió la planta de Whirlpool en junio de 2023.

Según explicó, la empresa atribuyó la decisión al derrumbe de ventas y a la competencia feroz de productos importados. Un lavarropas de la marca, dijo, se vendía entre 800 mil y 1 millón de pesos, mientras que “una marca china puede conseguirse a mitad de precio”. La caída en la producción ya era visible: de fabricar entre 500 y 600 unidades por día, la planta pasó a 400. Semanas atrás, los eventuales habían sido despedidos y se habían adelantado las vacaciones al 22 de diciembre, aunque nadie imaginaba un cierre total.

Un proyecto industrial de apenas tres años

La planta de Pilar había demandado una inversión de 52 millones de dólares y fue anunciada como un polo exportador que produciría 300.000 lavarropas anuales, con el 70% destinado a mercados externos. Sin embargo, el plan quedó lejos de cumplirse: en los últimos meses la producción se redujo a 150.000 unidades, repartidas en partes iguales entre exportación y mercado interno.

Durante su inauguración, la compañía había destacado que eligió Argentina por ser el tercer mercado más relevante de la región, detrás de Brasil y México. Un año después, el propio expresidente Alberto Fernández visitó las instalaciones para mostrar el avance del plan industrial. Nada hacía prever que la historia terminaría de manera tan abrupta.

A futuro, solo comercio e importación

Whirlpool ratificó que mantendrá su presencia comercial en el país y aseguró que el abastecimiento de electrodomésticos, repuestos y accesorios no se verá afectado. “La continuidad de la empresa en Argentina no está en revisión”, afirmaron en un comunicado. La fábrica, sin embargo, queda sin destino claro: “Hay varias alternativas, pero todavía no tenemos información”, señalaron fuentes de la empresa.

Mientras tanto, la UOM sostiene negociaciones y los trabajadores permanecen a la espera de definiciones, en un clima de profunda incertidumbre y preocupación por el impacto del avance importador sobre la industria local y el empleo registrado.