La informalidad alcanza al 40% de los trabajadores argentinos, según un informe de la UBA

Según el Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la Universidad de Buenos Aires cuatro de cada 10 empleados en el país no están registrados. Además, alertan que la pobreza avanza entre quienes tienen empleo. Alerta de la CGT por la crisis laboral.  

Jueves, 03 de julio de 2025 11:51

Un reciente informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), elaborado con datos del INDEC, reveló que el 40 por ciento de los trabajadores en la Argentina se encuentra en la informalidad. El dato refleja un incremento de 1,2 puntos porcentuales respecto al año anterior y marca un retroceso a niveles similares a los de la crisis financiera de 2008. “La informalidad laboral sigue siendo uno de los principales problemas estructurales del mercado de trabajo en Argentina”, advirtió el IIEP, que además alertó también sobre el impacto directo de esta situación en los ingresos y en la calidad de vida de millones de personas.

La situación es particularmente crítica en sectores como la construcción y el servicio doméstico, donde la tasa de informalidad supera el 70 por ciento. Solo en el primer trimestre de 2025, se perdieron 62 mil puestos de trabajo en la construcción y 22 mil en el empleo doméstico, dos ramas fuertemente golpeadas por la crisis económica.

Además, el informe señala que la precarización es mucho mayor en pequeñas empresas: el 66 por ciento de los trabajadores en establecimientos de hasta cinco empleados no están registrados, frente al 11 por ciento en empresas de más de 40 trabajadores. La desigualdad también atraviesa a los trabajadores por cuenta propia, donde la informalidad alcanza al 61,3 por ciento, mientras que entre los asalariados es del 36,3 por ciento. Esta falta de registro implica la ausencia de aportes previsionales, cobertura médica, licencias y otros derechos básicos.

Trabajadores pobres

Otro dato alarmante del estudio es el creciente número de trabajadores pobres: el 45 por ciento de los ocupados informales vive en hogares en situación de pobreza. “Tener un puesto de trabajo en Argentina no es un reaseguro para vivir fuera de la pobreza”, sostiene el informe. La brecha salarial es contundente: un trabajador informal cobra, en promedio, un 41 por ciento menos que un formal en igual puesto. Es decir, por cada 100 mil pesos que gana un trabajador formal, uno informal recibe apenas 59 mil pesos.

El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA también reflejó la gravedad del escenario. Según su último relevamiento, el 50 por cieno de la población afirma que sus ingresos no alcanzan para cubrir necesidades básicas. “Es el valor más alto desde 2021 y muestra el profundo estrés económico que atraviesa gran parte de la sociedad”, concluye el informe. La combinación de informalidad, bajos salarios y pérdida de empleos formales marca un deterioro sostenido del mercado laboral en el país, con especial impacto en los sectores más vulnerables.

Alerta

Ante esta realidad, la CGT denunció un “fuerte deterioro” en las condiciones laborales del país, destacando el aumento del desempleo, la pérdida de empleos formales y la caída del poder adquisitivo de los salarios. En una publicación en redes sociales, la central sindical señaló que el desempleo alcanzó el 7,9 por ciento, el nivel más alto de los últimos cuatro años. La central obrera afirmó que, desde la asunción del nuevo gobierno, se perdieron 210.971 puestos de trabajo y cerraron 13.862 empresas registradas.

Además, alertaron que el crecimiento del empleo informal no compensa la caída del empleo formal, lo que agrava la precarización laboral. Los salarios, por su parte, no logran recuperar terreno frente a la inflación, profundizando la pérdida de poder adquisitivo. El comunicado también criticó la tendencia de las empresas a optar por el pago de horas extras en lugar de generar nuevos puestos de trabajo, lo que reduce las oportunidades laborales y los derechos de los trabajadores. La CGT enfatizó que los trabajadores no deben ser “la variable de ajuste sino la fuerza productiva del país”.