La industria nacional metalúrgica agudiza su crisis y suma un nuevo conflicto: trabajadores de Acerías Berisso tomaron la planta luego de que los propietarios de la misma decidieran su cierre de manera sorpresiva junto al despido de más de 50 empleados, a los cuales les adeudan parte de los salarios.
Ubicado sobre la calle 128, entre 61 y 62, del partido homónimo, el establecimiento se convirtió en el centro de una flamante disputa, en la que interviene el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires.
La pacífica protesta comenzó el jueves, continúa hasta el cierre esta edición y tiene como protagonistas a los operarios que señalaron que les deben dos quincenas, al tiempo que denunciaron malas condiciones laborales.
Todo comenzó en abril de este año cuando empezaron con los incumplimientos en los pagos y en la paralización en la producción, pero en las últimas semanas todo se agravó y se produjeron cesantías sin sus respectivas indemnizaciones.
Orden desalojo
En ese marco, el pasado 6 de octubre, los empleados llegaron a sus puestos de trabajo a llevar a cabo su jornada laboral como todos los días, pero encontraron las puertas cerradas. No recibieron ninguna explicación oficial, aunque, mediante la intervención de la cartera laboral bonaerense, retomaron la actividad con una guardia mínima de 10 operarios. Sin embargo, la situación quedó ahí. Todo empeoró.
Uno de los obreros remarcó que “se tomó la decisión de hacer una toma pacífica de la empresa” porque “estamos reclamando lo adeudado nada más”. Según relató, “los dueños vinieron con una escribana a decirnos que desalojemos, pero vamos a quedarnos hasta tener una solución”.
En tanto, el intendente de Berisso, Fabián Cagliardi, emitió un comunicado oficial en el que señaló: “Trabajamos con el Gobierno de la provincia de Buenos Aires, en coordinación con el Ministerio de Trabajo y realizando acciones desde la Secretaría de Seguridad y de Desarrollo Social, en la búsqueda de una salida que priorice la defensa del empleo y la dignidad de cada trabajador”.
Además, advirtió que la empresa cerró sus puertas dejando numerosas familias en una situación de incertidumbre, y destacó que “un grupo de empleados permanece dentro de la planta en señal de protesta, mientras familiares y vecinos acompañan el reclamo en el ingreso a la fábrica”.
Gran impacto en el distrito
Al respecto, el jefe comunal señaló que “como Intendente, voy a estar siempre del lado de los trabajadores”. “Berisso nació del trabajo y no vamos a mirar para otro lado cuando lo que está en juego es el futuro de nuestras familias”, enfatizó.
Asimismo, los propietarios de la compañía comunicaron que presentaron plan de readecuación ante las autoridades provinciales y la UOM para sostener al menos 30 empleos y evitar el cierre definitivo.
No obstante, apuntaron que “un grupo de empleados tomó la fábrica, paralizó la producción y está poniendo en riesgo la continuidad de la empresa”. Posteriormente, aseguraron que “la firma se reserva el derecho de accionar dentro del marco de la ley”.
La empresa posee capitales nacionales con casi 50 años de trayectoria en procesos metalúrgicos de fundición eléctrica de hierro, aceros y aleaciones especiales. Su planta industrial de 2.000 metros cuadrados emplea a trabajadores de producción, control de calidad, ventas y administración.