Una histórica fábrica de cosechadoras pasó de ser la venta industrial más emblemática de la era libertaria a no pagarle a sus trabajadores

Se trata de Vassalli, una firma santafesina que en su época dorada vendía mil unidades por año, pero que ahora se ve perjudicada por la apertura indiscriminada de importaciones y la caída del consumo. Sus empleados protestan en el acceso y en la Ruta Nacional 33.
 

Jueves, 14 de agosto de 2025 19:45

El plan económico de la dupla Milei-Caputo arrasa con históricas fábricas que marcaron una época de crecimiento del país y la empresa Vassalli es un claro ejemplo. De producir mil unidades anuales, ahora la firma sufre crisis profunda que se traduce en la falta de pago de una parte de los sueldos de junio, la totalidad de julio y el medio aguinaldo, por lo que los trabajadores decidieron realizar asambleas y protestas al acceso a la planta ubicada en Firmat, Santa Fe, y sobre la Ruta Nacional 33.

El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Firmat, Diego Romero, reveló que el conflicto se desencadenó cuando los propietarios ofrecieron un adelanto de $300.000 para la próxima semana “si entra un cheque”, al cual los operarios rechazaron.

Romero remarcó que “la gente tiene hambre ya” y manifestó: “Necesitamos que aparezca el titular de la empresa y explique qué plan tiene para la fábrica”. Se refirió de esa manera a Eduardo Marsó, accionista mayoritario desde enero de 2024, a quien los trabajadores aseguran no haber visto en persona.

La adquisición de Vassalli por parte de Marsó fue celebrada por Javier Milei, quien había asumido la Presidencia de la Nación hace poco. Sin embargo, la realidad cortó con ese clima de festejo, ya que el mercado agrícola sufre un deterioro producto de la escasa financiación, la importación indiscriminada de productos extranjeros, la caída del consumo y los problemas propios.

Todo eso repercute en el poder adquisitivo de los trabajadores quienes llevan a cabo quema de cubiertas y permanecen en el acceso a la planta, aunque sin cortes de tránsito. Ayer miércoles, protagonizaron una nueva asamblea para definir los pasos a seguir. El escenario no es el mejor porque el atraso salarial, problemas para conseguir insumos y falta de un plan productivo claro hicieron un verdadero cóctel explosivo.

En ese sentido, el sindicato denunció que los sueldos se pagan en cuotas desde el año pasado y que se arrastran deudas con las cargas sociales. Las consecuencias que sufren los obreros son duras. “La situación es crítica, hay trabajadores con problemas para pagar alquileres y casos de amenaza de desalojo”, puntualizó Romero al respecto.

Ante todas esas urgencias, el dirigente manifestó:  “Esperamos no llegar a lo de 2018, cuando la planta estuvo tomada, pero todo depende de la voluntad de pago”.

 

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Un sector golpeado

Un informe de  la Asociación de Concesionarios (Acara) estableció que en julio se patentaron 53 cosechadoras, un 3,6% menos que en junio y 7% por debajo del mismo mes de 2024. Sin embargo, el acumulado de 2025 registra un crecimiento del 54,5% interanual, con John Deere, Case IH y New Holland liderando las ventas.

Dicho panorama para Vassalli, que depende del capital de trabajo para sostener la producción, la demanda volátil y el financiamiento restringido perjudica su operación.


Una historia con vaivenes 

 

Fundada en 1949 por Roque Vassalli, la compañía fue emblema nacional de la maquinaria agrícola con sus marcas Don Roque y Vassalli. En su mejor época llegó a producir más de 1.000 cosechadoras anuales, pero desde hace más de una década atraviesa un proceso de reestructuración que incluyó cierres, reaperturas y sucesivos cambios de propietarios.

En 2020 pasó a manos de Esteban Eskenazi, hijo mayor de Enrique, titular del Grupo Petersen, y Matías Carballo, quienes administraron la firma a través de un fideicomiso. Si bien lograron recomponer parcialmente la producción, la crisis macroeconómica y la sequía de 2023 los llevaron a ponerla en venta.

En enero de 2024, el control pasó a Eduardo Marsó, empresario entrerriano, exdueño de la avícola Las Camelias y actual titular de la metalúrgica Albace, proveedora de equipos para frigoríficos e insumos petroleros. La operación se cerró por unos u$s8 millones, con un pago inicial inferior al 10% y el resto a cinco años. Marsó había anunciado una inversión inicial de u$s4 millones para reactivar la planta y “devolverle protagonismo” en el mercado local.

A más de un año y medio de la compra, la compañía no logró estabilizar su flujo de fondos. Según registros del Banco Central, Vassalli acumula tres cheques rechazados por falta de fondos por un total de $7,6 millones y ocho más por defectos formales por $4,8 millones, ninguno de los cuales fue abonado.