Córdoba atraviesa una profunda crisis política que exige la aparición de una fuerza patriota renovadora. Los sectores más vulnerables, como trabajadores, jubilados y personas con discapacidad, han sido relegados en las prioridades de una clase política que, en lugar de representar al pueblo, responde a intereses ajenos y agendas foráneas.
En las últimas décadas, las políticas públicas han demostrado ser insuficientes para abordar las necesidades reales de la población. Los salarios de los trabajadores son bajos, los haberes jubilatorios están estancados, el acceso a la vivienda social sigue siendo un privilegio para unos pocos y las oportunidades laborales se han reducido drásticamente.
Viejas estructuras, mismas respuestas
Las estructuras partidarias tradicionales han perdido credibilidad. Se cierran a nuevas propuestas, perpetúan liderazgos mediocres y funcionan como espacios de reciclaje de políticos sin conexión con la realidad que enfrentan los cordobeses. En el Concejo Deliberante, por ejemplo, hemos visto cómo casi todos los bloques legislativos han priorizado legislar en favor de intereses externos, dejando desprotegidos a sectores clave de nuestra economía, como los taxistas locales.
El caso de las aplicaciones extranjeras de transporte es emblemático: operan con una competencia desleal que vulnera leyes locales, provinciales y nacionales, sin que haya una defensa seria de los derechos de quienes dependen de esta actividad. Mientras tanto, los legisladores parecen más interesados en satisfacer a corporaciones extranjeras que en proteger a las familias cordobesas.
Una agenda patriota para Córdoba
Es evidente que Córdoba necesita un cambio. Hace falta una fuerza política moderna que represente los intereses de la ciudadanía y que priorice los derechos de los trabajadores, los jubilados y los sectores marginados. Esta nueva fuerza debe surgir con un programa claro y orientado a devolver la justicia social a nuestra provincia.
Entre las prioridades de esta agenda deben incluirse:
- La mejora de los salarios y haberes jubilatorios: Córdoba no puede seguir dejando a sus trabajadores y jubilados al borde de la pobreza.
- La inclusión laboral de sectores vulnerables: Como las personas con discapacidad y los jóvenes que no logran ingresar al mercado laboral.
- La construcción de viviendas sociales: Porque cada familia merece un techo digno.
- El fortalecimiento de la independencia política provincial: Sin arrodillarse ante intereses nacionales o extranjeros.
Córdoba de pie, no de rodillas
Es imperativo que los cordobeses impulsemos una fuerza patriota que se comprometa a gobernar con transparencia y justicia social, priorizando siempre a las personas por encima de los intereses de las élites económicas.
El desafío está planteado: no podemos permitir que los mismos de siempre sigan definiendo el futuro de nuestras familias y nuestra provincia. Córdoba necesita dirigentes con experiencia, preparación y verdadera vocación de servicio. No más improvisaciones. No más mediocridad.
Es momento de construir una Córdoba digna, justa y libre. Para lograrlo, debemos levantarnos y trabajar unidos en la creación de una nueva fuerza que represente los intereses del pueblo.