En un reciente informe del Centro CIFRA de la CTA de los Trabajadores, se estableció que uno de cada tres asalariados formales gana menos que la Canasta Básica Total, lo que demuestra que “el empleo registrado ya no garantiza bienestar”. Esta realidad, que puede sintetizarse en “el sueldo no alcanza”, se mantiene pese a cierta estabilidad que le permitió al gobierno nacional ganar las elecciones legislativas, y difundir números que muchas veces no se condicen con la realidad. El caso de los ingresos, el último reporte del INDEC genera controversia, ya que se ratifica que en agosto pasado los salarios le ganaron a la inflación. Pero existen datos que contradicen esto.
El dato de CIFRA es uno de ellos, junto con la alerta que genera el aumento del pluriempleo, que se duplicó en los últimos meses, confirmando la crisis de ingresos. “Hay que mirar la película y no la foto”, dicen los especialistas respecto de esta paradoja de una situación donde los datos muestran mejoras que son difíciles de ver en el día a día. En este contexto, la discusión por una reforma laboral alarma a los gremios, ya que se puede profundizar esta brecha, y hacer caer más a los salarios y su poder de compra.
La difusión de los datos de los salarios de agosto abrió la controversia respecto del impacto de la inflación y la forma en que los ingresos se adaptan a la realidad económica nacional. El informe del INDEC determinó que en el octavo mes del año, “el índice de salarios se incrementó 3,2 por ciento mensual y 49,6 por ciento interanual”. El indicador acumula “una suba de 27,6 por ciento con respecto a diciembre de 2024, debido a aumentos de 18,8 por ciento en el sector privado registrado, 22,5 por ciento en el sector público y 67,4 por ciento en el sector privado no registrado”. Según el reporte, al que tuvo acceso Data Gremial, el crecimiento mensual se debe a “subas de 2,2 por ciento en el sector privado registrado, 2,8 por ciento en el sector público y 6 por ciento en el sector privado no registrado”.
En términos interanuales, en tanto, “el índice de salarios mostró una suba de 49,6 por ciento, como consecuencia de los incrementos de 36,1 por ciento en el sector privado registrado, 38,8 por ciento en el sector público y 129,9 por ciento en el sector privado no registrado”.
El índice de salarios estima “la evolución de los salarios pagados en la economía aislando el indicador de variaciones relacionadas con conceptos tales como la cantidad de horas trabajadas, descuentos por ausentismo, premios por productividad y todo otro concepto asociado al desempeño o a las características de los individuos concretos”.
La serie muestra la evolución de los salarios pagados en los sectores privados -registrado y público –desde noviembre de 2015 en adelante. A partir de octubre de 2016 se incorporó la serie del sector privado no registrado y el cálculo del índice de salarios total, que resulta de “la agregación de los índices de salarios de los componentes mencionados”.
Volviendo al último reporte, en agosto de 2025 el índice de salarios del subsector público nacional “registró una suba mensual de 3 por ciento respecto del mes anterior, mientras que el índice del subsector público provincial aumentó 2,9 por ciento”. Las variaciones interanuales de ambos índices “fueron de 23,3 y 44,3 por ciento, respectivamente”. Por último, las variaciones acumuladas respecto de diciembre del año anterior fueron de 14,6 por ciento para el subsector público nacional y de 25,7 por ciento para el subsector público provincial.
Interpretaciones
Visto de manera lineal, el gobierno anuncia que la política salarial está funcionando, y los ingresos de los trabajadores le ganan a la inflación. Pero las interpretaciones de los datos pueden cambiar esta percepción. Una de ellas la hizo Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación (IEF) de la CTA Autónoma, que en sus redes sociales puso paños fríos al entusiasmo del oficialismo.
“En agosto el salario le ganó a la inflación (INDEC), pero la película dice más que la foto”, asegura el especialista, que remarcó que el sector privado “está hace rato en los niveles de fines de 2023”. “El sector público provincial creció fuerte en 2025 y recortó la pérdida. El (índice) nacional sigue viviendo una tragedia”, recalcó Campos, relativizando los datos ofrecidos por el INDEC. No es casual que los datos hayan sido usados en momentos que el gobierno avanza con fuerza con la idea de una reforma laboral, que anticipó antes de los comicios y que el triunfo electoral potenció.
Uno de los temas que se conocieron respecto de esta reforma es la implementación de los “salarios dinámicos”, que fijarían un techo a los aumentos, en lugar de un piso como hasta ahora. “El concepto en sí no está en ningún libro, no está en ninguna ley. Ahora, si nos ponemos a hacer conjeturas, lo que estarían pensando es en reducir el peso de los componentes fijos del salario (salario básico, antigüedad, título, adicionales objetivos) y aumentar el peso de los componentes variables (los premios por rendimiento, por producción, por presentismo, o los vinculados a las evaluaciones de desempeño)”, dijo campos en una reciente entrevista.
“Esos últimos podrían ganar terreno, lo cual implica una precarización del salario porque, de vuelta, empieza a depender mucho del resultado de tu trabajo, que muchas veces está fuera de tu control”. Por ejemplo, si se rompe una máquina por 15 días, o si una parte del salario depende de la opinión de tu jefe”, agregó.
Pluriempleo
Una de las consecuencias de esta crisis de ingresos a largo plazo es el aumento del pluriempleo, que se viene denunciando a nivel estatal, pero que también está muy presente en todo el mercado laboral. Este fenómeno “dejó de ser una excepción para convertirse en una norma”, según un reciente análisis de la Consultora C-P, que estableció que el porcentaje de personas con más de un trabajo pasó del 8 por ciento en 2016 al 12 por ciento en 2024, lo que representa un incremento del 50 por ciento en ocho años. Este fenómeno, que atraviesa distintas gestiones —desde el macrismo hasta el actual gobierno libertario—, se convirtió en lo que los especialistas definen como “una carrera de supervivencia”. “Lo que antes era una válvula de escape ante la crisis, hoy es una estrategia forzada y cotidiana para millones de argentinos que necesitan sumar horas laborales para llegar a fin de mes”, estableció el reporte, al que tuvo acceso Data Gremial. El estudio de C-P lo define como “el cuarto mecanismo de ajuste” del mercado laboral, junto con la inflación, la pérdida salarial y la precarización.
La misma consultora advierte que los ingresos de los trabajadores formales cayeron un 15 por ciento desde diciembre de 2023, mientras que en el sector informal el retroceso supera el 25 por ciento.
En paralelo, la recesión productiva y la apertura importadora reducen la demanda de empleo formal y empujan a muchos a tareas eventuales o de plataformas digitales. Desde el Centro de Estudios del Trabajo y el Desarrollo (CETyD) de la Universidad Nacional de San Martín señalan que el fenómeno ya no se limita a los sectores más vulnerables: “El pluriempleo se volvió transversal: docentes, técnicos, trabajadores de servicios y hasta profesionales con formación universitaria combinan ocupaciones diversas para sostener un ingreso digno”. “Sin recomposición salarial ni fortalecimiento del empleo formal, la política laboral se reduce a una mera administración del empobrecimiento”, sostiene el informe de la consultora C-P.