La “pandemia libertaria” sigue hundiendo la actividad metalúrgica: otro mes de baja

Según datos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), la caída de septiembre ubica al sector en niveles similares al confinamiento por coronavirus. Las grandes firmas del sector, con problemas abiertos.

Por Diego Lanese

Redactor de Data Gremial

Miércoles, 22 de octubre de 2025 12:00

La semana pasada, el Ministerio de Trabajo de la provincia de Santa Fe convocó a la seccional local de la UOM y a la cámara empresarial local, para buscar algunos mecanismos para proteger los puestos de trabajo, en medio de la debacle de la actividad metalúrgica, una de las ramas de la industria más castigadas por el modelo libertario. La idea es poner algunos elementos preventivos para evitar que el parate en la actividad derive en despidos y cierre de empresas, algo que comienza a verse con fuerza en todo el país. De hecho, en el último informe de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) se alerta que luego de un nuevo desplome en septiembre, los niveles están a la altura del 2020, “en plena pandemia”, lo que marca lo profundo de la crisis. Esta semana, la conducción de Acindar, pilar de la industria metalúrgica en la zona de Villa Constitución, anunció una “nueva y significativa paralización de sus áreas más críticas”, incluyendo la acería, entre el 25 de octubre y el 1 de noviembre. A esto se le suma un “apagón total” en Tenaris, la empresa del grupo Techint, lo que implica suspensiones masivas. Ante esto, las seccionales del gremio están “en alerta”, y analizan medidas para contener a los posibles despedidos o suspendidos, que se espera comience a acumularse.

En septiembre, la producción metalúrgica cayó 5,2 por ciento interanual y el uso de la capacidad instalada alcanzó su nivel “más bajo desde la pandemia”. Según los datos de ADIMRA, además una baja del “1,1 por ciento respecto de agosto, ubicando el uso de la capacidad instalada en su nivel más bajo desde junio de 2020, en plena pandemia”.

El informe, al que tuvo acceso Data Gremial, revela que la actividad metalúrgica acumula apenas 0,7 por ciento de crecimiento en lo que va del año, quedando 18 por ciento por debajo de sus niveles recientes y 30 por ciento por debajo de sus picos históricos. “La industria nacional atraviesa niveles productivos muy bajos, en niveles casi idénticos a los de 2024, lo que refleja una parálisis preocupante”, advirtió la entidad, que pidió que “la producción argentina vuelva a ser tenida en cuenta” para evitar un mayor impacto en el empleo. El fin del impuesto PAIS y la flexibilización del régimen de compras internacionales, aplicados en diciembre pasado, también golpearon al sector. Desde entonces, la capacidad instalada descendió de 52,5 por ciento a niveles similares a los del confinamiento.

El empleo sectorial ya muestra signos de deterioro: “cayó 3,2 por ciento interanual y 0,3 por ciento mensual, aunque las empresas —en su mayoría pymes— todavía no han despedido personal masivamente”. “Es un sector que retarda todo lo posible en echar gente porque están capacitados, registrados y son parte de su comunidad. Pero el golpe al empleo se sentirá a fin de año”, explicaron fuentes empresarias. El impacto es generalizado en todo el país. Santa Fe (-3,5 por ciento), Córdoba (-6,2 por ciento), Mendoza (-5,1 por ciento), Entre Ríos (-3,2 por ciento) y Buenos Aires (-6,2 por ciento) registraron fuertes caídas, confirmando la tendencia negativa.

Para los próximos meses, el 77,5 por ciento de las empresas prevé mantener o reducir su producción, y el 90 por ciento no planea contratar personal, lo que anticipa un cierre de año con mayor contracción. Desde la cámara empresaria apuntan directamente contra la apertura indiscriminada de importaciones, especialmente en sectores sensibles como la maquinaria agrícola, donde la eliminación de normas que limitaban la entrada de maquinaria usada agravó la competencia externa. En septiembre, el rubro Maquinaria Agrícola cayó 4,8 por ciento interanual, mientras Autopartes se derrumbó 10,8 por ciento y Fundición, 9,7 por ciento. Solo Carrocerías y Remolques logró crecer, con un 5,4 por ciento de aumento.

Conflictos abiertos

Con los números sobre la mesa, la recesión del sector es generalizada, pero esta semana se hizo notar especialmente en las grandes firmas del sector, en primer lugar, Acindar, pilar de la industria metalúrgica de la zona núcleo productiva de Santa Fe, volvió a anunciar una “significativa paralización de sus áreas más críticas”, incluyendo la acería, entre el 25 de octubre y el 1 de noviembre. Según la firma, el análisis de la situación revela “una compleja dualidad que trasciende la mera caída de ventas, reconocida como el motivo oficial”.

La paralización de la acería, el corazón productivo que suministra acero líquido a todas las demás líneas, no solo impacta la cadena de valor interna, sino que proyecta una “profunda incertidumbre” sobre el entramado productivo regional. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Villa Constitución se encuentra en una ardua negociación para mitigar el impacto social de las suspensiones y evitar los despidos que amenazan incluso a empresas contratistas (como Sijam y Abans).

A este tema se le suma las dificultades que tiene Tenaris, que también reporta un “apagón total” con suspensiones masivas. Otro caso que refleja la crítica situación del sector metalúrgico es MetroFund. La firma es una histórica compañía con más de 70 años de trayectoria y tomó una drástica decisión en medio de la crisis económica que generó el gobierno de Milei: despidió a 33 empleados que forman parte de su fábrica ubicada en el sur del territorio rosarino. La empresa se dedica a la fabricación de campanas de frenos para camiones y ejes de semiremolques. "Los trabajadores recibieron el telegrama un jueves por la mañana y la compañía asegura que está dispuesta a pagar las indemnizaciones en cuotas y por el 50 por ciento", precisó el líder de la UOM Rosario, Antonio Donello.

Auge importador

En paralelo que la industria nacional se hunde en una de las peores crisis de los últimos años, donde las exportaciones metalúrgicas cayeron 6,2 por ciento, las importaciones crecieron 28,4 por ciento en dólares y 55,4 por ciento en volumen, con un promedio de aumento mensual del 4,8 por ciento desde mediados de 2024. Para ADIMRA, este desequilibrio es parte del problema que se vive, desde que el gobierno nacional decidió abrir indiscriminadamente la economía argentina, afectando a los sectores productivos como el metalúrgico.  

El auge importador proviene principalmente de China y Brasil, dice ADIMRA, que abastecen al país con maquinaria, equipos eléctricos y bienes de capital. En el tercer trimestre de 2025, las importaciones de bienes de capital productivo alcanzaron 3.483 millones de dólares, un salto interanual del 77,2 por ciento, según el Ministerio de Economía. “Este modelo de libre mercado te lleva a China. Hoy todos los empresarios están comprando en la feria de Cantón”, reconoció la entidad. La contracara de la abundancia importada es la recesión industrial y la pérdida de empleo nacional, un costo que preocupa cada vez más en la industria argentina.

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