A pesar del blanqueo impulsado en uno de los artículos de la Ley Bases, la precarización laboral creció fuertemente en las seis regiones que componen el país, pero en tres de ellas la informalidad supera el 50% de la población activa, no sólo que no está registrados, sino que no realizan aportes ni reciben ingresos suficientes para cubrir la canasta básica: el noroeste (NOA), noreste (NEA) y Cuyo.
Son los números más altos de los últimos 17 años y el gobierno libertario de Javier Milei solamente propone estrategias que parecen más fuego de artificio que cambios significativos en el sistema laboral. Ese deterioro de las condiciones de trabajo golpea de lleno a las pequeñas empresas y cuentapropistas, ya que supera el 60 %.
Para el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, insólitamente, la dificultad reside en la “unicidad salarial”, por lo que entiende que "si las provincias del NOA pudieran imponer salarios más bajos que los del AMBA, el empleo regional crecería un 16%".
A pesar de la formalización de 16.000 trabajadores durante el año pasado, aunque en simultáneo se generaron 111.000 desempleados. Sin embargo, desde noviembre de 2023 hasta agosto, se destruyeron 223.796 puestos. Solo en dos provincias la empleabildad mejoró en Neuquén (+2,9%) y Mendoza (+1,4%).
¿Cómo evoluciona en cada región del país?
A ese contexto, también hay que agregarle que el 43,2% de los asalariados argentinos trabaja de manera informal y, de ese total, cinco de cada diez son pobres es decir que, pese a estar ocupados, como consecuencia de las malas condiciones laborales, no llegan a cubrir una canasta básica de bienes y servicios para sus familias. Si se desagrega ese empleo informal se observa que los asalariados tienen una tasa de informalidad del 37,7%, mientras que en los trabajadores por cuenta propia escala al 62,5%.
En un informe presentado por el Área de Empleo del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP-UBA), sobresalió que, en el segundo trimestre de este año, al menos cuatro de cada diez trabajadores no estaban registrados en la Seguridad Social, es decir, no estaban cubiertos por la legislación laboral, dando cuenta de un aumento de 1,6 puntos respecto de un año atrás.
A propósito los investigadores Roxana Maurizio y Luis Beccaria, mencionaron que “la mirada de largo plazo (desde 2003) ubica a la tasa de informalidad asalariada en un valor idéntico al observado en el cuarto trimestre de 2008”. Igualmente, aclararon que “es el valor más alto desde ese momento (o sea, de los últimos 17 años), con la única excepción del segundo trimestre de 2022”.
Precisamente, alertaron que la informalidad se disparó y en tres de las seis regiones del país ronda o supera el 50% como ya se mencionó. Además, solo en tres las tasas de informalidad son más que el promedio: Gran Buenos Aires: 40,2%; Región Pampeana: 41,1% y la Patagónica: 25,4%.
Por el contrario, las regiones Noroeste (NOA), Cuyo y Nordeste (NEA) son las que exhiben mayor incidencia, con tasas superiores a la media del país, con 52,6%, 51,3% y 48,0%, respectivamente.
En el informe, desagregan que los correspondientes a la región Patagónica están entre los de menores tasas de informalidad desde Ushuaia – Rio Grande con 18% hasta Viedma – Carmen de Patagones con 32%. Pero, en comparación a los valores de las otras regiones indican situaciones muy heterogéneas.
Por ejemplo, en NOA, La Rioja tiene una tasa de informalidad de 42,3%, mientras que Gran Tucumán – Tafí Viejo exhibe la tasa más elevada entre el total de los aglomerados de casi 60%. En Cuyo, por su parte, Gran San Luis presenta una tasa del 47,1%, mientras que la de Gran San Juan se eleva a 56,7%.
La precarización por rubro
En el sector público y los servicios financieros, la informalidad tiene una incidencia del 9% y 20,9%. Como contrapartida, el servicio doméstico y la construcción poseen un 75,9% cada uno. A su vez, es el comercio el que muestra la mayor proporción del empleo informal total tanto porque tiene una incidencia mayor al promedio (51,6%) como porque concentra un porcentaje importante del empleo asalariado total (22,4%), de acuerdo al informe “Panorama del empleo asalariado informal y la pobreza laboral”.
En el relevamiento publicado en El Destape, figura que en establecimientos de más de 40 asalariados, la informalidad está el orden 12,1%, en tanto que se eleva al 65,3% en empresas de hasta 5 asalariados (el empleo en pequeñas empresas da cuenta de casi el 50% del empleo total).
Con respecto al nivel educativo, la tasa entre los asalariados con nivel e universitario completo fue del 17,1%; el 24,4 puntos porcentuales cuenta con secundario completo o universitario incompleto, y está el 64,6% que no completaron la educación media.
Asimismo, la brecha salarial entre asalariados registrados e informales evidencia una “penalidad” salarial del 44%. En detalle, en el primer quintil de ingresos laborales (20% de trabajadores con menores salarios) ocho de cada diez trabajadores tienen un puesto informal. En contrapartida, en el 20% de mayores salarios, la incidencia se reduce a 9%.
Informalidad y educación
En otro orden, el informe evidenció que 25% del conjunto de los asalariados vivían en un hogar pobre, lo que asciende al 42% entre los informales. Cuando se hace la comparación entre el ingreso laboral mensual y el valor de la canasta de bienes y servicios básicos (línea de pobreza individual) también se observa una gran discrepancia ya que mientras que el 40% de los ocupados informales recibe un inferior al valor de esta canasta, ello sucede en el 5% de los formales.
A modo de conclusión, “estas cifras muestran que tener un puesto de trabajo en Argentina no es un reaseguro para vivir fuera de la pobreza”, alertaron desde el IIEP-UBA